Monteando en Castellar

Este es el espacio para los amantes de la caza en general y de la montería en particular, donde participan la familia y amigos del grupo de los Piques, monteros viejos y jovenes capitaneados magistralmente por el Tito Paco y el Tito Vicen.
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viernes, 23 de diciembre de 2011

Tras el Urial Afgano

Nuestro amigo Jaime Meléndez Thacker nos envía, como regalo de navidad, la crónica de su última cacería en tierras de Irán y Afganistán, la cual copiamos textualmente. Con ella os deseamos feliz navidad y un prospero año 2012 rodeados de vuestras familias y amigos. Que Jesús os premie con buenas jornadas de caza en el año que pronto comienza.

“Queridos amigos,

Recién regresados del país Persa quería compartir con vosotros lo que allí hemos vivido.

Es bastante complicado contar un viaje y una cacería así de forma somera y sin aburriros. Se trata de una experiencia muy distinta a nada que haya hecho antes (a pesar de no ser el primer país de aquella zona en el que cazamos) por ser tan peculiar, variada, llena de sorpresas e imprevistos, y con viajes por carretera de casi 2.500 km. De modo que Intentaré contaros resumidamente lo que vivimos allí porque creo que merece la pena.
Irán es un país interesantísimo a pesar de sus peculiaridades políticas y su situación actual tan tensa. Su extensión geográfica es enorme (algo más de tres veces la de España), su variedad cultural y culinaria también. En lo cinegético es realmente apasionante ya que tienen allí diez especies de montaña (ocho carneros distintos, y dos íbices) además de jabalíes enormes (doy fe de ello), lobos, chacales, zorros, y dos tipos de gacela. Otra fauna no cinegética relativamente abundante son los osos, el Leopardo Persa y cuatro tipos de gatos salvajes más. Se ve muchísima variedad también de perdices, unas muy parecidas a las nuestras y otras tipo las pardillas. En el Noroeste, cuando recechas en montaña, vas levantando muchos bandos de perdices. Es normal ver abundantes garzas, patos y ánades en los ríos. La variedad de aves rapaces es asombrosa también. En fin, que nadie diría que un país que todos imaginamos árido (que lo es, excepto en el Caspio) tenga tanta fauna salvaje.
Frontera Azerbaiyán
Llegamos a Teherán el día 30 de madrugada, tras los rápidos trámites de armas ayudados por el personal del outfitter, cambiamos de aeropuerto para tomar rumbo a uno doméstico con el fin de tomar un vuelo a Tabriz, la capital del Noroeste y segunda ciudad del país en importancia célebre por sus alfombras persas. Una vez allí, los trámites para las licencias del Ibex Bezoar que iba a cazar mi amigo y acompañante Gonzalo, y los jabalíes que intentaría yo mientras el cazaba en la montaña, se demoraron seis horas producto del lío administrativo que vive el país tras pasar de una gestión nacional a una provincial de la noche a la mañana y sin previo aviso. Hacía un frío acojo..., unos siete bajo cero, que unidos  a las treinta horas ya sin dormir que acumulábamos hacía muy poco llevadera la espera en una fría sala de la jefatura regional de fauna salvaje.

Kiamarky

Un viaje en coche por carretera de apenas tres horas puso final a la primera etapa del viaje alcanzando la ciudad de Hadishahr, una ciudad casi fronteriza con Azerbaiyán, a los pies de las montañas y la reserva de Kimiaky de 85.000ha . Nos acoplamos todos (Gonzalo y yo más los seis acompañantes iraníes, que incluían guías, cocineros, intérpretes y el propio dueño de la compañía local, Imán) en una especie de Apartotel y nos metimos agotados en la cama/catre dentro de nuestros sacos de dormir ya que allí la sábanas no abundan. A las 7 de la mañana diana, y aunque Imán quería que fuera yo a cazar jabalíes ya desde el primer día, decidí subir con Gonzalo a la montaña tras los Ibex (en realidad lo de los jabalíes era una forma de entretenerme yo que había solicitado previamente al conocer que por temas burocráticos no podíamos comenzar por los Uriales en el Sureste de país, verdadero objetivo del viaje). Comenzamos cazando desde los valles con el coche, parando a mirar cada pocos metros. Oteamos varios rebaños de hembras pero sin machos maduros con ellas, los guías esperaban ya que el celo hubiese comenzado, pero parecía retrasarse. Coronamos un altiplano con el todoterreno y desde allí a pie por las nevadas cuerdas registrando los barrancos a uno y otro lado. Conseguimos ver un par de Ibex pero que no superaban los noventa centímetros, siendo el metro el umbral mínimo que Gonzalo buscaba. En torno a las tres de la tarde comenzamos a bajar ya que a las cinco se hacía de noche y además hacía un frío de cojo.... Calculo que estaríamos a 10 bajo cero y con viento. Camino de regreso al hotel volvimos a ver otro grupo de tres o cuatro Ibex pero ninguno superaba los cuatro/cinco años de edad.

Frontera Armenia
Al día siguiente fui a cazar cochinos de tarde, o a intentarlo, porque de mañana no hay nada que hacer. La idea era ir al río Aras, un caudaloso río que separa Irán de Armenia y Azerbaiyán y que viene de Turquía, para tratar de desencamar alguno en las malezas de los márgenes (el resto está más pelado que el copónn) usando paisanos locales como batidores. De fallar, como así fue y yo suponía (a ver como cojo... levantas guarros de 200kg con tres tíos dando palmas) lo intentaríamos de noche a la espera y con la luna en cuarto creciente, y si no a farear. Bueno, pues en una esperita de apenas 45 minutos en una “especie” de siembra rodeada de árboles frutales (digo especie porque apenas sale nada allí al ser tan poco fértil la tierra) y muerto de frío a pesar de las cuatro capas de ropa, me indica el guarda local que los marranos deben venir por la izquierda como así resulta ser. Ya casi de noche, a las 5 y media, veo un bulto negro de cojon... que sale de los árboles. Es sorprendente que cumplan los bichos con el ruido que hacen estos tíos entre lo alto que hablan, los put... móviles que no apagan nunca, y los cigarrillos uno tras otro, pero lo hace y el tipo me dice “shoot”. Lo meto en el visor del monotiro (me llevé el K95 con el cañón del .300 Wby pensando en tiros lejanos a los Uriales) y a escasos 90m le suelto un pildorazo que lo voltea quedando en el sitio. Salimos corriendo tras él mientras patalea en sus últimos estertores. El guarda local le levanta el rabo para ver si es macho y asiente mientras yo me voy directamente a la boca y veo con decepción que apenas sale un centímetro. El cabr... del guarro bien pasaba los 100kg de peso, algo normal allí, pero no pasaría de tener dos años de edad. Vuelta a casa medio contento con haber tirado al menos un cochino. Gonzalo más de lo mismo; vieron Ibex medianos todos en otra zona de la reserva.

Montañas de Ararat
El tercer y cuarto día me puse de nuevo de espera pudiendo ver en ambos casos guarros de más de 200kg a poco más de 60m pero con tan mala suerte que los veíamos en el lado equivocado del río: en el de Azerbaiyán. Los dos que estaban solos el tercer día eran dos monstruos de cara y costados plateados, y la tercera noche pude ver algo realmente singular y único (y eso que con tantos años cazando jabalíes pensaba que lo había visto todo). Nos pusimos de espera en el lado iraní de río, junto a la casa de un labriego que nos aseguraba que cada noche cruzaban a nado los guarros y que había dos muy grandes que peleaban siempre. Pues bien, a las seis de la tarde ya de noche completa los vemos salir de la maleza del lado opuesto del río y carear un rato allí. Eran más de 25 y efectivamente destacaban dos grandísimos (aunque no tanto como los de la noche anterior que andaban solos). A la media hora y ya medio congelados veo como uno de los grandes se acerca al borde del agua y se mete para que acto seguido meterse y en perfecta formación de a uno cruzan a nado el río. Yo he visto cruzar guarros el río Tajo en monterías extremeñas, o meterse en una charca acosado por los perros, pero hacerlo voluntariamente de noche solo para comer y a 5 bajo cero me pareció un acto inédito (tampoco mi guía, de 50 años, lo había visto antes). El río Aras no es un riachuelo, es muy ancho y caudaloso, y  de hecho solo se veía el lomo de los jabalíes al cruzar. La mala suerte se cebó con nosotros de nuevo pues llegaron a nuestra orilla demasiado hacia la izquierda metiéndose directamente en unas zarzas y plumeros que no nos dejaban verlos pero sí oírlos.  Gonzalo seguía sin suerte por lo que día siguiente le cambiarían de reserva a unos 120km de allí por lo que esa noche no dormimos juntos, además era el último día para conseguir el Ibex ya que los días 5 y 6 de Diciembre eran fiesta nacional y no se cazaba (celebran una especie de semana santa Islámica).
Ibex de Gonzalo
Gonzalo cobraba su Ibex a las tres de la tarde del último día, un precioso animal con un pelo y barba excepcionales y que dio en la cinta 106cm. Ese día por la noche tiré un Chacal que fallé nítidamente por alto a 100m desde el coche cuando buscábamos cochinos con el faro. Me mosqueó tanto el tema que por la mañana del día siguiente probé mi rifle a 100m comprobando que pegaba alto 12cm (el primer día, cuando el guarro tiraba bien). Menos mal que lo hice, porque de no ser así la habría cagadoo con el Urial que me esperaba. Dos días después, aprovechando las fiestas, estábamos en el Suroeste de Irán, a unos 100km al Sur de Birjand y a 2.100 de donde cazamos los Ibex, muy cerca de la frontera Afgana, en la reserva de Darmian que es donde se matan más Uriales Afganos de todo el país.

Frontera Afgana
Ahora comenzaba el plato fuerte. El primer día partimos cada uno con nuestro equipo de guía y guarda de la reserva. Nosotros salimos dirección Oeste y Gonzalo a Este, eran las siete de la mañana cuando subimos a los coches.

En el trayecto hasta el punto donde dejaríamos el todoterreno pudimos ver tres machos de Urial, uno de ellos grandecito pero con las puntas un poco cercanas al cuello. Todos los Ovis Orientalis se veían en los visos y cuerdas, mientras las hembras careaban en las laderas de solana acompañadas de algún macho joven que había quedado en el grupo una vez terminado el celo (terminó apenas unos días antes de llegar nosotros). Dejamos el coche en una garganta a las 7:30 de la mañana y empezamos la ascensión desde los 900m de altitud. Lideraba el guía local seguido por mi y después el guarda para cerrar el grupo el otro guía/intérprete que traíamos desde el primer día y que las pasaba put... para seguir nuestro paso. Recorridas unas dos horas penas vimos hembras y algún machete joven, para hacer cumbre a eso de las 11 de la mañana a 2.905m de altitud según mi GPS. Desde ese punto se divisaba Afganistán perfectamente, ya que estábamos a 50km de la frontera (como nota curiosa decir que el campamento militar Español de Herat en Afganistán estaba a tan solo 100km frontera adentro.  A partir de ese momento seguimos la cuerda revisando los barrancos y laderas a uno y otro lado.  Localizamos un par de Uriales que iban juntos y que aunque no parecían muy grandes decidimos seguir de lejos y verlos mejor aprovechando que careaban en nuestra dirección. Es casi imposible acercarse a ellos a menos de 400m dada la absoluta ausencia vegetal y lo abierto de las laderas y barrancos. En uno de los intentos de acercarnos a la pareja nos topamos de cara, a escasos 200m ladera abajo, con un grupo de unos 12 machos adultos que tras unos segundos de verse sorprendidos se dieron a la fuga faldeando hasta volcar por nuestra izquierda, por el Este, perdiéndose de nuestra vista. El guía maldiciendo la suerte, nos hace seguir adelante hasta encumbrar por encima de donde desaparecieron para ver si los vemos en el siguiente barranco. Efectivamente, a eso de las 12 los vemos subiendo una terrera en fila india a  unos 900m de distancia. Parece que hay dos ejemplares bastante bonitos tras gemelear detenidamente. Los Ovis se detienen justo al llegar a lo alto de la terrera y se echa a solearse y dormir allí, momento que aprovechamos para comer desde la cara oculta a ellos. Una hora más tarde, y haciendo asomadas muy cuidadosas (es cuando más vigilantes están) para asegurarnos de que siguen allí, comenzamos a caminar por la cuerda dejándolos a nuestra izquierda per ganándoles metros por la cara opuesta. Calculamos que podemos acercarnos a unos 500m y ver qué camino toman de careo tras levantarse y entonces decidir la entrada. El sol comienza a descender rápidamente y en la última asomada ya no están allí, son las dos y media. Hay que moverse rápido porque en esta zona  a las 4 y poco es de coche, seguimos el radio de un circo para asomarnos al otro lado de donde estaban echados y el guarda se tira al suelo, el resto hacemos lo propio detrás de él pero sin dar cara al barranco. Saca el catalejo y mira hacia abajo con mucho ángulo, al menos unos 45 grados. Esta vez hay suerte, allí al fondo, en unos matojos de espinos, a unos 200m pacen tranquilamente ajenos a nuestra presencia. Mira el jefe durante largo rato y me dice que el grande, el que va primero de careo, y que es el más oscuro de pelo, tiene la cuerna rota pero que hay otro más fino pero largo. Lo malo es que éste no tiene la célebre barba y babero blanco tan bonito y característico (el Afgano acaba en un penacho negro mientras que el Trans-Caspio es todo blanco hasta el pecho) sino que es grisáceo. No me lo pienso mucho porque ya sabemos todos lo que pasa con la montaña, así que coloco la mochila justo en el filo de la pendiente y libro unas hierbas de delante. El telémetro marca 220m, pero van alejándose poco a poco de nosotros, pacientemente con el animal en la cruz espero a que me ofrezca un tiro franco, pero sigue de culo alejándose. No obstante, al estar tan por encima de ellos le veo la columna vertebral perfectamente así que vuelvo medir y leo 261m, corrijo el paralaje la torreta y aprieto suave el gatillo del .300Wby que mete un estruendo del carajo en ese valle acentuado por el eco al tiempo que me desencara de una coz. Cuando vuelvo a mirar solo veo correr al grupo mientras escucho las risas de mis acompañantes, por los 25 aumentos del visor no logro encontrar mi Urial, así que levanto la cara y lo veo allí tirado espatarrado exactamente en la mata donde comía cuando tiré del disparador.

Urial de Jaime
Poco más tiempo tuve de saborear el lance, ya que debíamos bajar corriendo si es que quería hacerme la fotos con buena luz de día, cosa que a duras penas conseguimos. Una lástima porque las prisas son siempre malas para obtener buenas fotos… Bajarlo de la montaña nos costó dos horas hasta el camino más cercano cargándolo por turnos entre el guía local y servidor. Mientras el guarda de la reserva había bajado por otro lado para buscar el coche que estaba a más de tres horas de camino. No fue hasta las seis de la tarde que llegamos al campamento, es decir, casi doce horas después de empezar.

Lobo Plateado
Mi compañero no había conseguido nada ese día, vieron varios animales buenos, uno soberbio, pero también comprobaron que estaba roto al hacer la aproximación.

Urial de Gonzalo
El segundo, y que a la postre fue el último día de caza, acompañé de nuevo a Gonzalo. Anduvimos mucho en el Nissan revisando valles lejos del campamento, uno tras otro bajábamos y echábamos mucho tiempo con el spotting y los gemelos. Nada del otro mundo hasta las 12 de la mañana, hora en que se supone se echaban a sestear. Llegamos a un valle sin salida grandísimo, con tres o cuatro cañones y gargantas por lado. Desde un primer momento nos pareció muy propicio a Gonzalo y a mí, tanto por la distancia que se dominaba como por la cantidad de laderas con comida que había. Descubrimos un par de grupos lejanos de hembras y chotos e incluso algún macho joven. En un momento determinado, y en el cañón más cercano a nuestra izquierda Imán descubre un macho adulto que fugazmente pasa por el filo de unos penachos tapándose detrás de ellos en unos pocos segundos. Con el telescopio intenta encontrarlo sin éxito mientras le indica a Hossein (el fantástico guía jefe de Gonzalo y más experimentado de todos en caza de montaña)dónde estaba. Éste decide que debíamos remontar una pequeña garganta para ver qué había tras esas rocas donde desapareció, porque allí detrás había mucho terreno querencioso que no controlábamos desde el punto donde estábamos. La querencia venía marcada por una fuente de agua, algo escasísimo por esta zona, así que nos pareció buena idea acercarnos toda vez que estaba a menos de 800m de allí. Cuando apenas empezábamos a caminar por el estrecho desfiladero una cabra vieja asoma justo por encima de nosotros dominando toda la garganta y se queda quieta mirándonos, haciendo la muestra, petrificada. Nos echamos al suelo y permanecemos así, sin mover un músculo más de cinco minutos hasta que la muy cabro.. se gira mirando al lado izquierdo del cañón ya fuera del desfiladero. Se queda otro buen rato en esa postura y al poco desaparece, circunstancia que aprovechamos para continuar subiendo. Al llegar a la fuente, muy muy despacio Hossein hace un gesto con la cabeza e Imán nos indica que miremos la ladera izquierda; atónitos vemos un lobazo plateado que nos mira fijamente a escasos 100m. Echa a correr pendiente arriba haciendo paradas de cuando en cuando mientras me dedico a hacerle fotos “a ojo” por el LCD de la cámara para no perderme la escena. Un poco más a la Izquierda y a nuestra altura la cabra vieja otra joven y dos chivos corren como despavoridas a la vista del cánido. Unos segundos después, y mientras Gonzalo y yo comentamos la mala suerte de no poder tirar el lobo (no hay licencia en Irán, a pesar de que en apenas 6 días de caza vimos cuatro lobos) a mano derecha, el guía pasando olímpicamente del lobo dobla unas piedras y se asoma tras ellas muy despacito. Al segundo pega una voz y con la mano llama a Gonzalo enérgicamente, el espectáculo era increíble; más de veinte machos grandes todos corren pendiente arriba a unos 200m. Gonzalo se tira al suelo en la pedriza en la que estábamos sin conseguir fijar su bípode Harris al suelo lleno de pequeñas piedras desprendidas. La pendiente es tanta que resbala hacia abajo una y otra vez mientras grita preguntando a cuál tirar. Le traduzco lo que dicen los guías: el último por la derecha. Efectivamente es un pavo de cojon..., muy oscuro y con una cuerna gruesa y que le llega al ojo, la  barba blanca espectacular. Siguen poniendo distancia de por medio, ya más de 300m. El macho grande empieza a alcanzar al grueso del grupo y adelanta a otros dos mezclándose en la pelota. En este momento Gonzalo ha conseguido fijarse él y su Harris al suelo y lo tiene en el ocular, pero le decimos que no tire porque tiene otro que lo tapa. Jod..., van a encumbrar y perderse, ya están a 350m y nuestro carneraco está a punto de trasponer remontando puestos en el grupo. Cuando el último de los Uriales va a perderse sueno un puuuuuuummmmm que retumba todo el put... valle y veo perfectamente por mis prismáticos que lo revuelca y queda allí echado de lado, a escasos metros de la cumbre, y con la cuerna al viso a modo de señal para cobrarlo. Hossein le dice algo a Imán en Farsi que imagino lo que es: que no era ese el grande. Gonzalo me pregunta desde el suelo si le ha dado y le digo que lo ha dejado clavado, a casi 400m (380m exactamente). Menudo lance, que emoción, y menudo tirascazo a esa distancia, corriendo y pendiente arriba de más de 40 grados.

Lobo
Tardamos un buen rato en llegar hasta el bicho porque la cuesta era de órdago, los dos Españolitos a la cabeza por piernas y deseo de verlo de cerca. Llego el primero y compruebo que es gordísimo y muy viejo, la barba blanca y larga pero tiene ambas puntas mochas. Una lástima porque aunque a mí me parece precioso Gonzalo demuestra algo de decepción. Al poco de estar allí nos vamos dando cuenta de que a pesar de todo cobrar un Urial de ese grosor y barba (de casi 11 años) es dificilísimo.

Este no era el fin de la aventura, todavía teníamos por delante 1500km en coche a Teherán por la imposibilidad de conseguir billetes de avión y luego dos vuelos hasta España.

Abrazos a todos,

Jaime”

12 comentarios:

  1. Guaaaaau, esto si que son medidas de ahorro anticrisis. Por ahorrar el asaura chico se ahorra hasta el texto de la entrada. Nos apaña con el título; por otra parte, no esta mal, así cada uno se imagina su propia entrada y seguro que le gusta. Cuanto sabe el Juanu, como se nota que ha bebido de las fuentes del sabio letrado...

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  2. Joder, este alemán melenas de Carboneros no pasa una. Un "poblema" informático me impidió subir el artículo al blog, pero ya está para que lo disfrutéis.

    Y feliz navidad también para tí y todos los Matiaces del mundo mundial.

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  3. FELIZ NAVIDAD PROSPERO AÑO Y FELICIDAD, PARA TODOS LOS LECTORES Y USUARIOS DE ESTE BLOG.

    PRIMO PACO

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  4. Gracias amigo, Felices Fiestas para ti y todos los tuyos, menos uno... que a ese ya lo felicité por telefono, malpensados!!
    Que el 2012 nos de, por lo menos, buenos bichos.

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  5. Joé que panzá de leer, aunque con gusto. Feliz navidad Juanu.

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  6. y decia que iba a ser somero

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  7. No hombre no, decía que es complicado contarlo de forma somera.

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  8. Algo largo pero muy bueno o por lo menos a mi me gusta y como estamos de vacaciones y los otros blog no ponen nada, pos eso. Felicidades Jaime.

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  9. Eso es la envidia normal de los cazadores, ya que ellos no han cazado un urial. Felices Fiestas.

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  10. Os dejo este vídeo para que entendáis los "peligros" de la caza.
    http://www.beyazgazete.com/video/2009/12/14/domuzun-avci-avi.html

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  11. Por motivos del asesor de contenidos y cortafuegos de distintos servidores, nos hemos visto obligados a "corregir" algo el artículo de Jaime, quitando algunas palabras que consideramos "normales", pero que los asesores de ocntenidos no permiten.

    Perdonen las molestias.

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