Monteando en Castellar

Este es el espacio para los amantes de la caza en general y de la montería en particular, donde participan la familia y amigos del grupo de los Piques, monteros viejos y jovenes capitaneados magistralmente por el Tito Paco y el Tito Vicen.
Conócenos y entra a formar parte de nuestra familia.

lunes, 31 de mayo de 2010

La avutarda, ave esteparia de Andalucía.

La avutarda es el ave de vuelo más grande de Europa, llegando a pesar 15 kilos. Son omnívoras (comen carne y vegetales) y anidan en la tierra. Caminan erguidas sobre sus fuertes patas y grandes dedos. Tienen las alas anchas y largas, con patrones de plumaje llamativos en vuelo. Muchas tienen interesantes cortejos, en las que realizan acciones como inflar los sacos de sus gargantas, o elevar llamativas crestas. Las hembras depositan de tres a cinco huevos oscuros y moteados, en una zona escarbada en el suelo, donde los incuban ellas solas.
Son gregarias fuera de la época de cría, pero son muy cautas y es difícil acercarse a ellas en los hábitats abiertos en los que se suelen encontrar. Pertenecen a la familia de aves gruiformes (otídidos). Forman parte de las aves esteparias de Andalucía junto al sisón, la ganga, la ortega, el alcaraván y el aguilucho cenizo.
En Torredonjimeno todavía tenemos campiña cerealista, situada entre el triangulo formado por Porcuna, Higuera de Calatrava y Santiago de Calatrava, donde se pueden ver algunas parejas. En la actualidad no existe ningún estudio reciente en la provincia del estado actual de cría, pero recientemente se ha publicado un estudio realizado en Córdoba y Bujalance, donde se puede apreciar que ha aumentado el número de avutardas, cifrándose actualmente en 277 individuos (170 hembras y 57 machos), pero ha disminuido en la zona norte de la provincia, tras dos inviernos donde el número había aumentado.
En Andalucía, según los últimos estudios (datos 2006) se cifraba en más de 350 ejemplares y en Jaén aproximadamente 40 individuos, representando el 10 % de la población regional. En la década de los 70 se estimaba que existían en Andalucía más de 1000 aves, pero la intervención humana, los cambios de cultivos del cereal al olivar, los tendidos eléctricos con un 16% de avutardas muertas, la depredación con un 21% y la desnutrición y las enfermedades, ambas con un 26%, hacen que actualmente estén en peligro.
Las ventajas en la provincia de Jaén se centran en un aspecto: es una de las pocas zonas de cría y reproducción (como refleja el volumen de animales jóvenes avistados), aunque es creciente la tendencia a encontrar grupos sólo de hembras, lo que puede repercutir negativamente en la demografía de la especie en Jaén.
 En nuestra provincia se han firmado convenios con titulares de explotaciones y cortijos de la comarca, donde se han detectado estas aves para que fomenten determinadas prácticas agrícolas, como la plantación de pequeñas porciones de terreno con alfalfa y garbanzos, ambos cultivos básicos en la alimentación de estas aves. Del mismo modo, se establecerán otras medidas como el alargamiento de tiempos de barbecho de los terrenos, para favorecer la nidificación. Otro de los aspectos del plan de protección es la mejora de la señalización de los tendidos eléctricos para evitar muertes de avutardas por este motivo.

Además se está colaborando con las Sociedades de Caza Locales (Cotos Deportivos y Privados), para su protección y control por parte de la guardería.
Hace unos años en nuestro Coto del Obispo, dando vista al Salado Carderas, escuché un ruido silbante y extraño, mirando a ambos lados no encontré nada, pero el ruido seguía, y al mirar hacia arriba pude ver las 5 avutardas que me sobrevolaban, quedando maravillado de su vuelo señorial y majestuoso, observando como se alejaban en dirección a Porcuna. Días más tarde me encontré a un Ingeniero de Montes en la Venta, que me preguntó si las había visto, ya que estaba haciendo un estudio sobre las aves esteparias en Jaén, contándole lo ocurrido. Él me comentó que posiblemente pertenecerían a la colonia de los llanos de Porcuna, limítrofes con el término de Torredonjimeno. 

Desde entonces he estado buscándolas para poder observarlas y el año pasado en una visita organizada por la Delegación de Medio Ambiente de Jaén, pudimos ver dos hembras y un macho, comiendo tranquilamente en un eriazo. Al levantar el vuelo pudimos apreciar la belleza de su vuelo, así como su envergadura.
El Domingo pasado intenté buscarlas, ya que algunos amigos me han pedido que los acompañe, pero no pude verlas, las siembras están muy altas y es época de cría, ya que el celo es en marzo, con el famoso baile a las hembras en las “arenas”, haciendo una postura donde dejan visibles sus plumas blancas, en lo que se denomina “la rueda”. La puesta es entre abril y junio, por lo que habrá que esperar a la siega para hacer una nueva intentona.

Para ampliar la información, recordamos el fenomenal escrito "Caza soñada" en Tirando al Monte sobre el tema:  http://tirandoalmonte.blogspot.com/2009/04/caza-sonada.html#comments

lunes, 24 de mayo de 2010

El reclamo en horas bajas

El pasado 8 de mayo se celebró la Asamblea General Ordinaria de la Federación Andaluza de Caza, donde se trató el problema de la caza de la perdiz con reclamo, por la Carta de Emplazamiento que la Comisión Europea ha enviado al Ministerio de Asuntos Exteriores, tras diversas denuncias recibidas en la Unión Europea por incumplimiento de la Directiva 79/409/CEE.


El Presidente de la Federación Andaluza, ha propuesto la disminución de los días hábiles en Jaén, Granada y Almería, siempre que los estudios técnicos que se están realizando por la Consejería, lo ratifiquen. El acuerdo fue aprobado por el Pleno de la Federación, siguiendo los pasos del acuerdo adoptado por la Federación de Caza de Castilla-La Mancha sobre este tema, obedeciendo las directrices de Bruselas “siempre y cuando no se demuestre que hay alternativas o estudios válidos”.


Recientemente hemos podido leer un artículo en la revista Federcaza, firmado por José Luis Garrido, director de Fedeca, en el que aclara que el periodo válido es 40 días anterior a la puesta ya que existen distintas versiones sobre el celo, donde debemos ver “las fases de reproducción y crianza: ocupación continua del lugar del nido, parada nupcial, construcción del nido, apareamiento, puesta e incubación y crianza”, siendo ésta distinta según los territorios, climatología, etc.


Continua diciendo que “para que nos entendamos, podemos cazar perdices con reclamo, sin entrar en autorización por vía de excepcionalidad, hasta cuarenta días antes de la puesta”. La puesta de los huevos, señala el director de Fedenca, queda fijada por una amplia biografía de autores “poco sospechosos como Félix Rodríguez de la Fuente, Nadal, Calderón, Roldán, Duarte y Vargas”, para latitudes medias, “entre la segunda quincena de abril y el mes de mayo”.


Según estas valoraciones, Andalucía estaría dentro de la “legalidad” por lo que no entendemos la postura de la Federación Andaluza, de su Presidente y de nuestros representantes en materia de caza. Pidamos y colaboremos con el estudio y luego, si es necesario, disminuyamos los días de caza.


La caza de la perdiz con reclamo genera muchos ingresos en los más de 7.476 cotos de Andalucía, con 7.034.315 hectáreas. Almería expidió 6.594 licencias, ingresando 214.095,22 €, Granada 6.069, con un total de 174.408,76 € y Jaén 4.660 licencias, ingresando a la Consejería 121.020,32 € (datos de la Consejería de Medio Ambiente del año 2007).


Entiendo que algunos cazadores se froten las manos ante este tema (Ramiro, Manu Erena y todos los que están en contra de los cazadores “sentados”), pero otros en cambio, estamos viendo como puede comenzar a desaparecer una de las modalidades históricas y más tradicionales de nuestra pasión cinegética, por obra y gracia de la Federación Andaluza de Caza.

domingo, 16 de mayo de 2010

EL MOLINO DEL CUBO

El pasado sábado 15 de mayo visitamos, invitados por la Asociación Cultural Vientos del Tiempo, el Molino del Cubo de Torredonjimeno, uno de los primeros molinos harineros de la Baja Edad Media jienense.

La primera mención escrita que se hace sobre el molino está datada en 1378, según el Libro de las Dehesas, aunque fue en 1437 cuando lo mandó hacer el noble caballero Don Luis González de Guzmán, Maestre de Calatrava, sobre uno ya existente y destruido. El Marques de la Ensenada, en su catastro también lo describe en 1754, declarando su propiedad al “Rey y su mesa”.

El Molino del Cubo es un robusto, fortificado y majestuoso edificio que ha permanecido sin apenas cambios a pesar de los siglos transcurridos desde su construcción, ha mantenido su función de molino hidráulico harinero hasta el siglo pasado.

Toda su estructura es original, conservando sus dos plantas con sus bóvedas de cañón. Es de destacar la calidad de sus materiales, que han permitido que se mantenga en el tiempo, teniendo en cuenta el esfuerzo que su suponía, en el siglo XV, una empresa de tal envergadura.

La denominación de Cubo es por el sistema que posee para embalsar el agua, con un gran depósito o cubo construido en piedra, a donde llegaba el líquido elemento, desde el manantial, por un sistema de acueducto, y aprovechando la fuerza natural del agua para mover la muela y moler el grano.

En el siglo pasado se reutilizó para moler piedra y obtener óxido de hierro, como se puede observar por la gran cantidad de almagra que se encuentra en el molino y sus alrededores.

El paraje donde se ubica es un auténtico bosque mediterráneo, rodeado de olivos, pero donde podemos imaginar la dehesa que sería en la Edad Media.

El molino es propiedad privada, con una extensión de poco más de 150 metros cuadrados. Los propietarios lo adquirieron hace unos 80 años y están dispuestos a cederlo al Ayuntamiento a cambio de suelo urbano. Para ellos tiene un valor sentimental, ya que fue adquirido por sus antepasados con la simple intención de que perdurase en el tiempo y no se destruyese. Para los ciudadanos de Torredonjimeno es un patrimonio histórico que debemos recuperar y poner en valor, ya que es un molino-fortaleza, de gran belleza en su construcción y por el interés paisajístico de sus alrededores.

domingo, 9 de mayo de 2010

El buitre negro deja de ser una especie amenazada


El buitre negro ha salido de la lista de especies amenazadas en Andalucía, tras alcanzar una población reproductora de 278 parejas. Ha pasado de estar en peligro a ser vulnerable, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Desde que comenzó el programa de conservación, en 2002, el número de parejas ha crecido al 4% anual.


El buitre negro (Aegypius monachus) es una especie de ave falconiforme de la familia Accipitride, la única de su género y uno de los pocos buitres que se pueden encontrar en Europa junto con el buitre leonado, el alimoche y el quebrantahuesos. La envergadura media de esta especie es de 250 cm., algo más que la del buitre leonado, aunque se han mencionado casos de individuos que podrían haber llegado a los tres metros. No se conocen subespecies.

Está presente en el suroeste de la Península Iberica y por lo tanto en nuestra Sierra Morena, siendo normal avistarlo en las monterías. Tienen, como el buitre leonado, un sexto sentido que les hace aparecer cuando ven los coches por los carriles de nuestras manchas y con su vuelo majestuoso, en círculo y desde su puesto privilegiado vigilar el desarrollo de la montería. Muchas veces, al recoger, lo hemos visto parados en los carriles, en las proximidades de los mondongos o al rededor de alguna res de un agarre o abatida y no cobrada. En los días siguientes, es uno de los indicadores más eficaces para cobrar alguna red no cobrada en la montería.

Algunas de nuestras fincas tienen parajes conocidos como Buitreras, donde aprovechando los riscos más altos de la sierra, hacen sus nidos y dormitorios. También necesitan espacios amplios para levantar vuelo.


Los buitres negros demuestran ser más escrupulosos que los buitres leonados a la hora de comer carroña. Cuando se acercan al cadáver de un gran mamífero lo hace con rapidez para llegar antes que otros buitres. Desgarran la piel y se alimentan casi exclusivamente de materia muscular, evitando las vísceras. En caso de tragar piel o pelos, los expulsan más tarde en forma de egagrópila.


Los buitres negros complementan su dieta con animales pequeños que capturan al vuelo y llevan a sus nidos, como pueden ser ardillas, lagomorfos, lagartos y tortugas.
Esta especie es monógama y anida en los árboles. Cada año (aunque a veces pasan alguno sin procrear) la pareja retorna al mismo nido que han usado año tras año, añadiéndole alguna capa más. La hembra pone un sólo huevo que la pareja incuba por turnos durante 55 días. A principios de mayo se abre el cascarón y los padres alimentan al polluelo hasta que puede emprender el vuelo. Hasta entonces siempre se encuentra un adulto en el nido, que no abandona si no se le ataca violentamente.
Esta especie está protegida en varios países, después de que haya sido perseguido durante decenios por los pastores que lo consideraban (erróneamente) un peligro para sus rebaños.


Comenzamos, con esta entrada, una serie de artículos sobre las distintas especies que habitan en nuestra sierra.

domingo, 2 de mayo de 2010

El corzo de Obanza

Castropol es Naturaleza, hay que vivirlo a pie, caballo o bicicleta, adentrándose en sus bosques o ascendiendo a la cumbre de sus montañas, pescando en los ríos o cazando en sus montes.

La presencia de la ría y el hecho de ser un concejo ubicado en la costa, hace que sea posible la práctica de infinidad de deportes y actividades acuáticas, como vela, windsurf, esquí acuático y de montaña como senderismo y por supuesto la caza.
De la antigüedad quedan vestigios de nueve castros, aún sin excavar, repartidos por todo el Municipio. Algunos son claramente visibles y otros se reconocen por la propia toponimia. Además de algunos restos de época del Bronce, en Castropol abundan las referencias a la cultura del periodo castreño o prerromano, cuando la zona de las riberas del Eo estaba poblada por los Egobarros, los primeros pobladores de Castropol. El propio origen del núcleo urbano de Castropol debe buscarse en esta época como castro o poblado fortificado en una altura.

Su actual nombre proviene de denominaciones que aludían a su origen fortificado, pasando de Puebla de Castro a Pola de Castro y Pola de Castropol. Aunque parábamos en una preciosa casa rural de Ribadeo, estábamos rodeados de vacas que como sus gentes, no sabían bien si son gallegas o asturianas.

Quedamos a las seis de la mañana con los guardas en un bar que estaba cerrado, por lo que después de las presentaciones de rigor, nos montamos en los coches y empezamos a subir hacia el monte. Carlos, nuestro guarda, es un joven conocedor de la zona que lleva poco tiempo en el coto, por lo que contaríamos con la ayuda de Miguel, guarda experimentado que nos esperaba en Obanza.


Antes de recoger a Miguel, hicimos una asomada a un prado justo al lado de la carretera, donde pastaba un corzo, pero no pudimos apreciar su cuerna porque todavía era de noche. El verlo tan cerca nos animó el cuerpo, la mañana prometía. Como Miguel no estaba en el lugar de la cita, nos asomamos a varios prados viendo sólo corzas. Cuando llegamos a Obanza, Miguel ya tenía localizado varios corzos en distintos prados, por lo que después de las presentaciones oportunas, decidimos dejar a Vicente con una radio controlando los prados y nosotros hacer las aproximaciones correspondientes.
En un pequeño prado, cerca de la carretera vimos 3 hembras y un macho, que después de valorarlo con los prismáticos decidimos no tirar por pequeño. Subimos al coche y comenzamos la aproximación al prado donde divisamos los corzos. La subida fue larga y empinada y a pesar de mi buena preparación, los guardas me sacaban una ventaja importante y sobre todo Miguel, no demostrando su avanzada edad. Cuando coronamos al prado no estaban los corzos, por lo que dejamos a Carlos en el prado controlando y nosotros nos fuimos al otro. Con una aproximación de varios kilómetros, teniendo en cuenta donde pisábamos y acachados para no ser vistos, llegamos a prácticamente 80 metros de dos pastando, el primero era precioso con unas rosetas muy grandes pero sólo tenía 2 puntas en cada cuerna, en cambio el otro todavía tenía las correas en sus cuernas. Después de mirarlos una y otra vez decido no tirarle por faltarle las luchaderas, nos retiramos sin hacer ruido, dejándolos en su degustación culinaria de los brotes tiernos del prado. Luego Miguel me dijo que posiblemente el corzo de las rosetas sería medallable.

Después de recoger a Carlos, decidimos mirar en unos prados donde, según Miguel, siempre merodeaba un buen corzo. Al bajar por una serpeante carretera, con unos acantilados de vértigo, vemos pecho en frente, en el valle, un corzo pastando en un prado, decidimos entrarle para ver su cuerna, pero cuando llegamos al lugar adecuado, estaba al filo del monte, por lo que su tiro era complicado por el ramaje de los eucaliptos, mejoramos la postura y a unos doscientos metros decidimos tirarlo tumbados desde el carril, pero el capreolus capreolus pega una carrera cubriéndose en el eucaliptar. A pesar de que Miguel me decía que lo tirase, fue imposible, por la distancia, la carrera y el monte.
La mancha de monte donde se metió el corzo era de una 4 hectáreas de eucalipto y monte bajo, por lo que Miguel me pregunta si soy capaz de tirarlo en el camino, contestándole que sí. Esto me recuerda a los cochinos en contadero, con tiros rápidos e intuitivos. Empezamos a bajar por el camino mientras Carlos ojea el eucaliptar pero rápidamente Miguel cambia de estrategia, colocándome yo al final del prado donde pastaba y entrando ellos ojeando por los eucaliptos. Me dan media hora para que me diese tiempo a llegar a la postura hipotética y apoyado en un mástil de la vaya ganadera, espero la llegada del más pequeño de los cérvidos.

Tras un buen rato de espera, oigo ruido entre el monte, ruido parecido al de nuestro jabalíes en un manchón. Parece mentira que un animal tan pequeño y de pezuñas tan chicas pueda hacer tanto sonido al correr. El monte, muy tupido, tiene mucho ramaje seco y helechos helados por la nieve en el suelo, por lo que el ruido es claro y evidente de que algo viene corriendo. Espero y al poco tiempo lo veo venir hacía la postura, a una distancia de 180 metros y acercándose, lo miro con los prismáticos y veo que es macho y de buenas cuernas, por lo que me preparo para el lance. En segundos recorre más de cien metros, metiéndose en un arroyo lleno de zarzas y vegetación, intenta subir el terraplén de 4 metros del arroyo y por verme o por no poderlo subir, baja de un brinco y coge el arroyo abajo a todo correr. La distancia 60 metros, mucha zarza y monte pero decido tirarlo, suena el Remington 7mm. RM y lo veo caer. En ese momento pienso que no he podido apreciar la cuerna, por lo que no se si es macho o hembra, me acerco desde el borde del arroyo y a pesar de los poco más de 10 metros, no consigo ver sus cuernos. Vuelvo y me encuentro con los guardas y les digo que ha caído, nos aproximamos, creyendo yo todavía que podía ser una hembra y cuando Miguel saca el corzo del arroyo, me dice que es muy bueno, pero yo todavía no veía la cabeza, hasta que de entre las zarzas aparece mi trofeo, felicitaciones, abrazos y casi lágrimas en los ojos, por la alegría de ver cumplido un sueño y de pena por haberle quitarle la vida a un animal tan bello. Eran las 10,30 de una preciosa mañana asturiana.
Parte de los corzos abatidos
 Hermanos y amigos
El corzo de Paco
Nuestros amigos de Granda
Buena mesa y mejor gente
Los culpables de la "indisposición"