Primero Fernando, luego Miguel y ahora Samuel, tres grandes cazadores que se han ido a mejores cazaderos.
Tres cazadores unidos por la misma afición, pero en distintas modalidades. Unos monteando, de reclamos o tirando al plato y otro cazando palabras.
Faltan palabras para describir los sentimientos de los familiares y amigos en estos momentos, pero también nos falta el que mejor transmitía nuestra afición-devoción. Las perdices del páramo, los conejos del arroyo, las liebres del regazo, los venados de nuestra sierra y los jabalíes montaraces, se han quedado tristes y felices por estas perdidas.
Hemos monteado con Fernando Jurado y Samuel Vargas y hemos releído al maestro Delibes, haciéndonos vivir sus relatos, andar por esas tierras vallisoletanas y sentir lo que es la caza con sus escritos.
Este final de temporada es distinto al resto. Al guardar los bártulos, recordaremos a los que ya no están con nosotros. Al limpiar las escopetas, pensaremos en los que nos han dejado y no podrán cazar la próxima temporada.
Descanse en paz, su recuerdo siempre estarán con nosotros y cuando volvamos a leer a Miguel, los recordaremos.