Monteando en Castellar

Este es el espacio para los amantes de la caza en general y de la montería en particular, donde participan la familia y amigos del grupo de los Piques, monteros viejos y jovenes capitaneados magistralmente por el Tito Paco y el Tito Vicen.
Conócenos y entra a formar parte de nuestra familia.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Preparando los reclamos


 A petición de algunos amigos y para solucionar los problemas técnicos del blog, volvemos a poner la entrada sobre la perdíz con reclamo. Disculpen las molestias.


Llegó el momento de preparar las jaulas y nuevamente recordamos a los que ya no están con nosotros, con los que años tras años compartíamos esa sabiduría, no escrita, del mimo y preparación de nuestros reclamos.

Recordamos con agrado la entrada del año pasado sobre la preparación de los bártulos  (http://cazandoensierradeloro.blogspot.com/2009/12/preparando-los-bartulos.html#comments) pero cada temporada es distinta, no sólo por la edad, sino que las circunstancias, el ambiente, e incluso por ellos mismos.

Sobre principios de diciembre (algo tarde, según los entendidos) y próximos al puente de la Inmaculada nos dedicamos a preparar, con todo el cariño del mundo, nuestras jaulas. Si el perro es el mejor amigo del hombre e indispensable para nuestra actividad cinegética, el reclamo es como si fuese de “la familia”, ya que dedicamos mucho de nuestro tiempo a su cuido y mimo. Un buen pájaro es difícil de hacer y muy fácil de malograr, por eso son muchos los cuidados que les dispensamos a lo largo del año, pero ninguno comparable con el recorte y preparación de la jaula.

Sacándolo del arenero
Comenzamos la tarea siempre, con el lavado y desinfección de las jaulas y jauleros, agua enjabonada, algo de desinfectante (lejía) y un cepillado de las mismas. Después de secadas y limpiadas, recuerdo como mi padre las quemaba un poco, con una lamparilla de gas, finalizando con ello la desparasitación de huevos o larvas.

Sumo cuidado debemos tener al sacar el pájaro del arenero o terrero, hablándole, chasqueando los dedos y acercando las manos despacio, con mucho cuidado. Una vez cogidos comprobamos su estado de salud, parpamos su grosor, le abrimos las alas mirándole su parte posterior por si tiene piojillos u otros insectos, comprobamos el pico, la lengua por si tiene pepitilla y las patas con escamas y ácaros. Una vez analizado el estado general de nuestro reclamo, procedemos al recorte.

Comprobando su estado
Aunque algunos atan los pájaros por las patas y lo cuelgan a boca abajo, por realizar la tarea solos, este años me ha ayudado mi hijo Juan Ángel y como siempre le explico como cogerlo para no hacerles daño. Las patas se entrecruzan un poco y con los dedos corazón y anular, así como la base del pulgar, sujetamos las alas para evitar aletazos que pueden provocar la rotura de algún ala.

Corte de ala (obsérvese las tres remeras)
Una vez sujeto el reclamo le cortamos, con el ala abierta, las tres o cuatro primeras plumas en oblicuo (remeras) y posteriormente los ocho o diez siguientes, siempre dejándoles las más próximas al cuerpo intactas. Existen distintas versiones sobre el plumaje a dejar. 


Yo creo que el recorte se debe producir para que no se “enganchen” las plumas en la jaula, por el limitado espacio de las mismas, teniendo en cuenta que los pájaros utilizan las alas como medio de defensa, por lo que no debemos mermar su aptitud ante las silvestres. Cuando una campera nos entra con las alas “corgando”, el reclamo también suele hacer la rueda dentro de la jaula, por lo que vería mermada sus facultades si se las cortamos en exceso.

Plumas de cola
Después le cortaremos la cola, separando con los dedos la parte superior e inferior de la misma, sólo cortaremos las denominadas timoneras, que también suelen afear al reclamo al rozarse con la jaula. Además el pájaro ganará en movimientos en el reducido espacio de la jaula. También debemos sacar o
recortar aquellas plumas que sobresalgan de la redondeada cola.



Preparación

Corte de cola
Corte de pico
El recorte del pico, debe producirse con cuidado, manteniendo siempre la denominada línea de pico de gorrión, por lo que después del recorte se procederá a afilar los laterales. Un mal corte puede producir daños de por vida en el reclamo, dejando picos largos y anchos, aplastados en su punta, o excesivamente cortos, perdiendo parte de su encanto. Tenemos que tener en cuenta que el pico es muy necesario para su alimentación y un buen pico es sinónimo de un pájaro gordo y bien alimentado.

Repaso y afilamiento
También debemos tener en el comedero piedras arenosas, que además de aportar minerales a su dieta, ellos mismos picotean para “arreglarse” el pico.

Para finalizar comprobamos las patas, suavizando las escamas con aceite o vaselina, evitando así los ácaros. Algunos cuquilleros lavan las patas con agua o introduciendo el pájaro en agua tibia, yo sólo lo hago cuando el reclamo está mal, lavándolo y mojándole bien las patas y plumas. De esta forma he salvado este año un perdigón de quinto celo. Recuerdo que esto lo hacía mi abuelo a las gallinas en el cortijo.

Proceso finalizado
Una vez terminado el recorte, se supervisa el estado general del pájaro, para manosearlo y refinarlo, y se introducen en la jaula, que se coloca al sol para que se tranquilice y cante sus primeras buchaillas y reclamos al familiarizarse con su nuevo aposento.

Paso a la jaula
Soleándolos
Sólo queda solearlos y espurrearlos con agua algunas tardes, cuidar su alimentación con un poco de alpiste, simientes, algo de verde, vitaminas, pienso de celo y cambiarle el agua casi diariamente. Algunas veces premiarlos con bellotas troceadas, huevo duro, garbanzos remojados, migas de pan e incluso
pimienta en grano machacada para acelerar su celo y esperar que abran la veda para que todos los cuidados realizados den sus frutos, el campo responda y pasemos felices jornadas de puesto, con dosis de paciencia y cariño y sino, el año que viene será otro año con más fortuna.

Despues del baño, al sol
Etiquetado con nombre, año y tiros de otras temporadas
Jaulas preparadas para la temporada
Nota: para ampliar información rogamos revisen las siguientes direcciones:

martes, 7 de diciembre de 2010

Lobero y la suerte


 Después de 6 años sin cazar (desde el 2004), monteábamos Lobero. Mucha ilusión, esperanza y ganas le teníamos puesta a esta mancha. Linda en el norte con la Alameda, preciosa finca y una de las mejores de Sierra Morena, famosa por sus impresionantes trofeos debido, principalmente, a su vegetación autóctona, sus pactos y a su buena gestión. Además también linda por el este con La Carnicera de Santisteban. En el sur con Los Guijos y al oeste con los quemados de Majaillas y Terrizas. Buenos venados y mejores muflones que se cobijan en el poco monte que quedó después del fuego, por lo que se esperaba un tiroteo continuo nada más entrar las armadas.
El sorteo

Y así fue, ya que antes de la suelta se oyeron más de 200 tiros, continuando durante toda la mañana. A nosotros nos tocó “en suerte” el Arroyo Gitano, cubriendo la huida a Los Guijos, justo al lado del Colmenar. Cuatro posturas para el grupo, en el mismo carril, con nuestro amigo Amadeo como postor. La tres para Vicen y nosotros (doblete), la cuatro a Manolo Prieto, la cinco para Toni y la seis para Juan Carlos y Manolo Ramos (otro doblete). El día era fenomenal para montear, hasta que a las 13,10 h. comenzó a llover, los que está siendo normal en las monterías de este año. Paraguas y ropa de agua se hicieron imprescindibles. Hoy hemos dejado los rifles a nuestros hijos Antonio y Juan Angel.
El tres de Arroyo Gitano

Sólo pudimos tirar dos muflones en nuestra postura. Uno que nos pasó a poco más de 30 metros en el viso y rodeado de 7 muflonas, un chivo, 10 ciervas y 2 varetos, que hicieron imposible un tiro con garantías. Al final Antonio y Juan Angel le mandaron algunos tiros, al kilómetro, a las espaldas, ya metiéndose en el cerro de Los Guijos. El otro muflón lo tiró Antonio a media falda, que dando bastante sangre, se fue a la traviesa, no mereciendo la pena reclamar. Nos pasaron más de 100 ciervas y unos 12 varetos.
Los jovenes: el futuro.

En total se abatieron 108 reses, entre cochinos, venados y muflones. La suerte estuvo poco repartida. El grupo de Luis y Toni Prieto presentaron 22 reses, un grupo con 3 puestos consiguieron 17 reses y algún que otro puesto mató 7 reses. En definitiva un monterión de la que nosotros no pudimos “disfrutar”, pero en la que participamos. No nos acompañó la suerte.
Los menos jovenes


La suerte es un encadenamiento de sucesos, considerado como fortuito o casual (RAE) pero ¿qué es la suerte en la caza?

En menor, la suerte viene dada por coger una buena mano o tener un día afortunado en el tiro, ya que muchas veces hemos ido a cazar, cogiendo la mano mala y hemos tenido una jornada afortunada. En cambio otras veces, cogiendo la mano buena, hemos fallado lo indecible. Otras fallamos las piezas fáciles y abatimos las difíciles. En definitiva todo depende de la suerte.
El sorteo en la pasada del río.

En cambio en la mayor, la suerte viene dada por el resultado del sorteo, por lo que la probabilidad de que te toque un buen puesto es real y aleatoria a la vez, es tener “buena mano” cuando te nombran y recoges el sobre o la papeleta con tu puesto. También es tener suerte si el pulso, el correr la mano, el hacer blanco te acompañan ese día, por lo que resulta más fácil abatir la pieza deseada.
El mismo lugar del sorteo, al día siguiente.

Otros factores, que tendremos que tener en cuenta, es el estado de la finca, según lo que te ha tocado en el sorteo. Tendríamos que analizar las partes querenciosas, las solanas, la umbría, donde se han molestado más las reses o donde están tranquilas. Además ver donde tienen los comederos naturales o los artificiales, los dormideros, el agua, etc.
¿Para cuándo un puente?

Indiscutiblemente la climatología en días de caza es otro tema a tener en cuenta. La niebla, la lluvia, el aire, e incluso la nieve y el frió, pueden hacer que sea una jornada con mucha suerte o por el contrario de mala suerte, ya que es difícil acertar con poca visibilidad, con humedad en el visor o con tiritones en las manos y el cuerpo. El ruido de la lluvia en el paraguas, en la capa o el traje de agua, hacen imposible oír el crujir del monte y si te toca al lado de un caudaloso arroyo, peor. La falta de visibilidad por la niebla hace que la tensión sea mucho mayor, por lo que la posibilidad de ver y acertar son mínimas.
Y más agua

Además, es tener suerte que los perros te cacen bien la mancha y que los que van a batir la zona próxima a tu puesto sean buenos, para que puedas abatir algo de caza. En cambio si los perros son malos (que no es lo normal) que el perrero no se meta en el monte húmedo (que tampoco es normal) y que las reses no corran hacia tu postura sino a la del vecino, que eso si es normal, puedes hacer que tengas un mal día de suerte.

Todo esto junto y bien revuelto con dosis de emoción, ilusión, esperanza y paciencia es lo que nos aconteció el otro día en Loberos. NO TUVIMOS SUERTE.



NOTA: nuestra buena suerte es contar con un grupo de amigos cazadores y monteros como los Piques de Castellar y todos los que nos visitais.

Vídeos:


domingo, 28 de noviembre de 2010

Majaillas-Descuernavacas

 
Monteamos Majaillas-Descuernavacas bajo una incesante lluvia, el pasado sábado 27 de noviembre.
Esta mancha situada en pleno corazón de Sierra del Oro, es de las más querenciosas para las reses, ya que es la unión de las dos manchas, que por el fuego de agosto del 2004, se tuvieron que unir. Linda con Los Guijos y Víboras por el sur, Arrayanes por el oeste, Terrizas y Loberos por el norte y La Carnicera por el este. Rodeada por lo quemado en el norte y este, que poco a poco se está recuperando.

El fuego que comenzó en las Minillas, arrasó El Navazo, Terrizas, Arrayanes, parte de Descuernavacas, Alcazones, Cerro la Iglesia, Loberos, la Alameda, el Sobrante, el Morrón de las Mujeres, entre otras fincas, llegando a las proximidades de Montizón.

Fincas quemadas
(Plan Integral de Caza de la Junta de Andalucía, año 2004)

Más de 8.000 hectáreas quemadas según la Administración, mientras que los cazadores y vecinos la cuantifican en unas 15.000 h. de autentico bosque mediterráneo y algunas repoblaciones de pinos, que no ha beneficiado a nadie, pero si ha perjudicado a muchos propietarios, cazadores, arrieros, postores, rehaleros y amantes de nuestra sierra. Perjuicio difícil de recuperar y que sólo el paso del tiempo restaurará.

Después de una larga cena de aniversario con Coro Romero “Oro Verde” y acostarnos a las 3,10 h. el maldito despertador toca a las 6,00 h. tras otra noche sin dormir y no por la juerga de la noche anterior, sino por ese sentir que los cazadores tenemos antes de una jornada cinegética. La verdad es que ya es normal dormir unas pocas horas, para que el cuerpo se encuentre descansado..., será la edad.
Preparando los bártulos suena el teléfono. El Tirantes quiere poner el colimador al rifle, ya que en La Onza desmontó el visor, por la niebla y prefiere la seguridad de que el rifle está a tiro para la montería de esa preciosa finca de Cabezaparda, monteada por el fenomenal Grupo Miranda. Quedamos a las 7,00 h. pero como viene siendo habitual se presenta a las 7,30 h. Realizadas las comprobaciones oportunas, él se marcha para Andújar y su sierra, nosotros en cambio nos vamos para el Condado, pero media hora tarde. Con niebla, agua y algo de tráfico llegamos a la junta en El Colmenar con media hora de retraso. Saludos, abrazos y rapapolvo de Vicen por la tardanza, pero el saber que al grupo nos ha tocado los mismos puestos de la Traviesa del Carril del año pasado, nos hace retomar la alegría e ilusión. Celebramos nuestro pequeño sorteo de grupo, asignando el famoso puesto nº 7 al doblete que le ha tocado a los dos Manolos (Prieto y Monini). En este puesto el año pasado, Vicen y yo acompañados de nuestros hijos, cobramos 3 venados, 2 muflones y 2 cochinos, disfrutando de uno de los mejores días de montería de nuestras vidas. El sorteo le da el 3 a Vicen, el 4 a Juan Carlos, el 5 a Toni, tocándonos el 6, justo al lado del 7, por lo que el día prometía.
Sorteo en La Onza
Tras la salida de las armadas del Carril, Arrayanes, Descuernavacas, el Río y Loberos, casi a las 10,30 h. nos toca salir a nosotros. Agua en cantidad, caminos casi impracticables y un poco de niebla es el plan que nos encontramos antes de llegar al puesto, que se encuentra en una risca dando vista a la armada del Carril. Muchos tiros cuando entramos los coches en la traviesa, señal de que la mancha está cargada de reses. Después de pasarnos unas cuantas ciervas y ponernos el corazón a cien, sobre las 11,30 h. veo un venado totalmente enmotado, mirándonos a unos ciento cincuenta metros, lo meto en el visor y al pegar el gatillazo, la bala que no sale, ¡coño el seguro! Lo quito y le mando la primera bala del 7 mm. RM, ni se inmuta y sigue mirándonos. Le mando la segunda y con un movimiento extraño se vuelve y lo perdemos de vista en el monte. Nervios, preguntas, oídos y mucha vista puesta en la falda del cerro, pero nada de nada. Poco después oigo un bufido que me hace entender lo que yo creía, el tiro y el movimiento que hizo el venado, era de muerte. Abrazos, felicitaciones y besos de Juan Ángel.
Paso el rifle a mi hijo y sobre las 12,00 h. se descuelga un venado con una cierva por el cerro, en el viso. Le digo que espere ya que la res baja para el arroyo. Efectivamente abandona el viso y comienza la bajada por la loma. Le digo que tire, el ruido atronador en la cañada del rifle hace que la cierva se pare y detrás el venado. Nuevo disparo, pega un bote, que yo no veo por los prismáticos y comienza a correr, desesperado hacía un pinar. Del pinar sale la cierva pero el venado no, por lo que, de nuevo, más felicitaciones, ya que la forma de correr indicaba que iba dado y a unos 200 metros.

Pocos tiros más se oyeron, algunos en la traviesa y otros en la armada por el Salto del Fraile y el Río. Al día de agua y algo de niebla se le añadía la incertidumbre de tener dos venados, en el puesto y no verlos, haciendo que las horas pasen muy lentamente. Gran sacrificio el de los rehaleros y sus perros ante un día poco apetecible.
En el puesto recibimos la visita de Manolo y su hijo Antonio interesándose por lo acontecido, poco después  nos visita Vicen tranquilizandonos, diciendo que luego los rastrearíamos. A las 3,15 h. bajo a pistear y después de 20 minutos dando vueltas, bajo la lluvia, viendo ramas rotas y sin encontrar sangre por el agua caída, regresan los perros de recogida. Otro rato de rastreo y cuando estaba a punto de abandonar, veo un perro tirando de algo, me acerco y me encuentro el venado de 15 puntas bajo una madroñera. Un ¡olemisguevoslahi! suena entre la lluvia. Voces a Juan Ángel para darle novedades y marcarlo. Luego rastreo durante más de media hora el que él tiró, mucho monte roto pero la sangre ha sido borrada por la lluvia, por lo que abandono la búsqueda. En el trasteo, otro venado acompañado de ciervas, que ve Juan Angel  y no puede tirar.
Sacando el venado
Después de sacar varios coches atascados en el carril, fuimos a por el venado, que nos llevó casi una hora el subirlo al carril, con el monte empapado, cayendo el diluvio universal, y con más de 70 kilos a la rastra. Al  final, el grupo abatimos tres venados (uno Manolo, otro Antonio y el mío) de un total de más de 50 reses, con varios muflones impresionantes.
Salimos de la sierra a las 17,30 h. sin comer y rumbo a Castellar, con la compañía del agua, la anochecida, el rumrum cansino de los coches, el flash flash del limpiaparabrisas, el cansancio acumulado y la ropa empapada, pero agradecidos del regalo y del día vivido en nuestra sierra. La próxima, el 5 de diciembre en Loberos con más de seis años sin cazar después del incendio.
Nota: Hoy domingo es el primer día de la temporada que no salgo a cazar, ¿será el cansancio? ¿será la humedad de los huesos? ¿será la ropa y botas chorreando?.... ¿será el estar con la familia? No lo se, pero estamos en casa satisfechos.
Posdata: Seguimos acordándonos del tito Paco que no asistió a la montería.

sábado, 13 de noviembre de 2010

El regreso a Castellar: Monteando en Vivoras

 Y llegó la hora de volver a Sierra del Oro. Después de 20 años y no perderme una montería en esta sierra de Dios, este año me he perdido las dos primeras.
(Antonio y Alfonso)
En los Guijos se cobraron 11 venados y un cochino este año y en Arrayanes 22 reses las abatidas, por lo que hoy tocaba Vívoras. Esta mancha, aunque muy bien situada, casi siempre se da mal. Mucho monte, demasiados pinos y poca comida hacen que sea muy trabajosa sacarle las reses .
(Antonio)
Lindera con el Cerro del Toro y los Guijos por el este, con Cuitico por el sur, La Parrilla al oeste, Arrayanes y Descuernavacas por el norte. Su mejor armada es el Barranco la Mula o la Traviesa del Cerro, ya que el Río, La Parrilla o el Carril no son buenas armadas, por las alambradas o el trasiego de coches del carril.
(Luisa)
Cazar con el grupo de los Piques es cazar entre amigos, aunque nos hemos acordado mucho del Tito Paco, que siempre se hace notar, hemos estado el Tito Vicen, el Tito Toni, el Tito Manolo, el Tito Juan Carlos, Manolo “Monini” y nuestros hijos, mujeres y por primera vez nuestra nuera “baladre”, porque aquí todos somos familias. En la junta, saludos a diestro y siniestro a Checho, Satur, al Mergo ,a los Mañas, al Miguel A., a mi amigo de Guadalinfo y su padre y a nuestros queridos abuelos Costa y Andres Berzosa.

Al grupo nos ha tocado del 2 al 6 del Río y sólo ha tirado Toni en el 5 y Manolo en el 6, que ha abatido un venao de 9 puntas. Los demás hemos pasado la mañana viendo ciervas y esperando el ansiado venao o cochino, que desde el cerro, tuviese la locura de bajar hasta el río. A nosotros nos ha tocado el 2, teniendo como vecinos del uno al Ciri, Joaquín y Pedro y en el tres a Vicen.
Hemos tenido que rebajarnos a los limpios próximos al río, dándole las espaldas a esa preciosa finca que es el Cerro del Toro, pero observándola, admirándola y enamorándonos de su impresionantes vistas, estando más pendiente a sus laderas que a las de Víboras y sus pinos. El monte allí es de madroñeras, lentiscos, chaparros y jarales prietos. Sus guardas han estado toda la mañana en el carril a nuestro lado. Desde el 86 que conocí esta finca, siempre me ha atraído. Sus buenos venados, sus impresionantes cercones de jabalíes en su granja cinegética, los primeros muflones negros y sobretodo la introducción de los arruí en nuestra sierra. La repoblación fue muy poco afortunada, pero hizo que más de un foráneo abatiese  algunos machos cabrios de los rebaños de los pastores, creyendo matar el famoso bóvido sahariano, hoy pieza muy valorada en la región de Murcia, pero de poco éxito en la nuestra. Esta finca ya no es lo que era y en sus extensos comederos de las mesetas de sus cerros, hoy hay cientos de olivos alineados en pleno corazón de nuestra sierra. Sus alambradas están casi caídas y el número de reses ha disminuido considerablemente.
Mañana vamos de menor con un grupo muy variopinto de invitados. El Pelón Alemán de La Carolina Rafa Matiaces, de Carboneros no viene, ni más ni menos que Santi Villar, también nos acompañara, directamente desde Villargordo el Cetrero Incierto: Ramiro el tuerto. De Villardompardo el malo de su farmacéutico Juan Malo de Molina y de Torredonjimeno el “verea” de Eduardo Barea y el aprendiz de cetrero Francis Castro más conocido por el Yerno recién casado, que intentarán, todos juntos sin lograrlo, cortarle el chaleco a los hermanos Ortega. Vaya junta......, pero seguro que pasaremos un día inolvidable entre amigos, unidos por la caza y que cada vez se hace más necesaria su presencia. La comida en la Venta Valeriano. Esto es la caza.

Nota: Por olvido de la cámara, las fotos son del año pasado.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Cazando por el Obispo


 Después del fin de semana anterior de monterías, hoy tocaba ir de menor.
El cuerpo todavía no se ha adaptado al cambio de hora y te despiertas a las 6,00 h. sin saber que hacer, pero te quedas en la cama pensando en la mano que cogerás hoy. El agua fresca en la cara te espabila, pero no dejas de pensar en la estrategia del día. A las 7,30 h. tomo café y copa en la Torre y ya no hay nadie, todos se han ido. Algunos de montería, otros al coto y sigues pensando por donde iras hoy.
Sólo oír el coche el Ligero te recibe con sus ladridos clásicos, casi distintos, como regañándote y preguntándote por qué no lo sacastes el fin de semana pasado. La Jana da mil vueltas sobre si de alegría al verte. Suben al remolque en un pispas, tienen ganas de salir al campo.

He decidido ir a las antiguas tierras calmas del Obispo, hoy sembradas de olivos. En el camino me encuentro a Enrique Castro que comienza su jornada en la mano del carril. Más adelante el Yerno y el maestro Valderrama descargan sus perros, los saludos, les deseo feliz caza y sigo el camino. Poco después me encuentro el camino cortado por las lluvias, por lo que antes de llegar a la cadena, salto el camino y me dirijo hacia Mirapan. Subiendo el cerro de las matillas de Tanin me encuentro una banda de perdices, por lo que decido aparcar en lo alto del cerro y comenzar a cazar.
Son las 8,10 h. de una estupenda mañana, algo fresca pero que permite ir en manga de camisa. Comienzo por asomarme al cellajo del cerro y el ligero levanta un conejo que no puedo tirar. Poco después me echa otro , que dejo correr y le pego un tiro trasero, pero que el perro coge sin dificultad. Cuando me lo trae, levanta otro que cae dando cuatro vueltas de campana. Esto me trae a la memoria una liebre que mató mi padre, en la Buitreras, que dio siete vueltas. Recuerdos de morralero que nunca se olvidaran.

Salgo del cellajo en busca de los pájaros y veo uno volar muy largo, que no puedo tirar. Al
momento, el olivo de enfrente, se estremece con el típico prrrrrrr de la perdiz tomando vuelo. Sale por la parte de atrás del olivo, casi no la veo y cuando alcanza el tercer olivo, en el único momento que se deja ver, suena la detonación y cae redonda al suelo. Un oletusguevoslahí suena entre el silencio de la mañana y la escopeta humeante. El día promete.

Entre los olivos, cerca de las matillas de Tanín, el ligero me echa otro conejo, que corre hacia las bocas. Un tiro prácticamente si apuntar, hace que el conejo ruede por el suelo. Me lo trae con ese movimiento de rabo tan característico, feliz por el trabajo bien hecho, por los que las caricias y palmadas en el lomo, de agradecimiento por mi parte, no le falta. Acaricio también a la Jana, que algo celosa, me mira con esos ojos lastimeros de bretona, como pidiéndome disculpas por no haberlo echado ella. Son poco más de las 9,00 h. de la mañana.
Decido cruzar a las estaquillas del obispo para buscar las perdices, y poco después, justo al lado del chaparro de Magaña, se me arranca un pájaro, que a velocidad de vértigo, baja en dirección al salado. Lo dejo correr y a unos cuatro olivos, le disparo y cae de ala. Los perros no lo ven por lo que salgo corriendo para intentar cogerlo vivo. Después de una larga carrera, el Ligero lo ve y me lo trae. Sólo tiene un ala rota y aunque es un macho viejo, lo guardo ya que nunca he tenido un pájaro del Obispo.

Con el cupo completo me voy para el coche, pero como es temprano, doy unas manos en el coto del pueblo en los Villares, cobrando cuatro conejos más, por lo que 2 perdices y 7 conejos ,uno de ellos cogido a diente en un olivo por el Ligero. La Jana no está fina esta temporada, últimamente la veo muy delgada y algo fuera de forma, pero el veterinario dice que no es nada, esperemos que se recupere.

Mañana en Barranquillos, con el Grupo Miranda, será otro día.