Monteando en Castellar

Este es el espacio para los amantes de la caza en general y de la montería en particular, donde participan la familia y amigos del grupo de los Piques, monteros viejos y jovenes capitaneados magistralmente por el Tito Paco y el Tito Vicen.
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jueves, 8 de diciembre de 2011

María, Loberos, María.

 

No pudimos ir a Chiveras pero nos fuimos a las casas rurales de Majalascabras, para disfrutar de un puente cargado de sorpresas. Enclavado en La Carnicera, preciosa finca santistebeña y rodeada por el Cerro del Toro, La Alameda y Sierra del Oro, garantiza tranquilidad, soledad, quietud y sobretodo ver reses. Llevamos más de 20 años juntándonos en el puente y disfrutando de la sierra entre amigos.

Nos levantamos el domingo bien temprano y nos pusimos en marcha hacia el Cerro de las Juntas que cazábamos con Severo y el Grupo Jara y Umbría, con un café en el cuerpo hicimos los más de 50 km. por el carril del cordón de Vilches pasando por fincas como La Parrilla, Los Tejos, Cenizate-Villamalo, Solanillas, Calancha, Alcolehuela, etc. Llegando a La Carolina sobre las 9,00 h. de la mañana y aunque quedamos en La Perdiz con los de Arrebolares, ya no quedaba nadie fruto de los nervios y las prisas por dar aquella finca.
Llegamos a la junta de las Bedmaras, donde se celebraría el desayuno y el sorteo, saludando a los conocidos como Javier Robles, los Matiaces, entre otros. Pocos monteros y muchas caras largas por el mal resultado del día anterior en Los Monasterios. Nos tocó en suerte el dos de la traviesa de la Reforma, con un bonito tiradero donde veríamos casi toda la montería y así fue, porque vimos dos agarres y todos los cochinos que salieron de la solana, incluso las dos cochinas que conseguimos cobrar.

La primera venía de la solana y después de varios tiros del puesto número tres, nos entró enmontada a poco menos de 15 metros, tirándole primero Antonio, luego Juan Ángel y volviendo a tirar Antonio, perdiéndose entre el monte. La remataría el puesto nº 1 con un certero balazo.

Poco más tarde se arranca otra cochina que tira prácticamente toda la armada de la alambrada, faldeando el cerro frente a nosotros. Un tiro largo de Juan Ángel la hace parase y arrancarse para abajo, hacia el arroyo rompiendo todo el monte a su paso. Le segunda un nuevo tiro y se dobla hacia la derecha, subiéndonos a nuestra postura y pasando por el mismo lugar que la anterior cochina, tirándole dos nuevos tiros y perdiéndose en el monte. Nuevamente oímos al puesto de al lado tirar dos tiros.

Al terminar la montería voy a los tiros de la primera cochina y encuentro huesos y sangre en el tiro de mi hijo, subo a la segunda cochina y lleva un reguero de sangre, por lo que seguimos el rastro de las dos reses que van al puesto nº 1. Al llegar al puesto el montero estaba pletórico por haber matado las dos cochinas, vemos los tiros y la pequeña tiene 5 tiros y la grande 3, él sólo había tirado dos tiros a cada una, por lo que al ver que la sangre que venía con anterioridad a sus tiros, resuelve darnos las cochinas. Lección magistral de un montero de Lorca, cuyo nombre no pregunté y que valoraba más los lances vividos que el llevarse las reses. Lo único que me pidió fue el rabo de la cochina, a pesar de mi insistencia en repartir las reses. Así gusta montear.

En total unas catorce reses con unas rehalas que trabajaron fenomenalmente la mancha, destacando la de un tal Conejo al cual felicité por la labor de sus perros. Luego regreso a la Casa Rural para descansar, pero antes parada obligada en ese templo del saber montero que es Casa Popi, donde unos gin-tonic calmaron nuestra sed.



Pero llegó el gran día. Con una mañana con niebla cazamos el 6 de diciembre Loberos, tocándonos en suerte a nuestro grupo los puestos 21, 22 y 23 de Arroyo Gitano y los puestos 7 y 8 de Loberillos, posiblemente lo mejor de la mancha. En nuestro pequeño sorteo nos toca a José el 21, Vicente el 22, Toni el 23, Manolo Ramos el 7 y a nosotros de doblete con Manolo Prieto el 8. Buen lote de andar para no molestar las reses. Creo excesivo la caminata cuando hoy día las reses están muy acostumbradas a ver los vehículos, pero la organización lo vió de esta forma. El puesto estaba en el cortafuego de la Alameda, con un tiradero amplio que presagiaba muchos tiros por la distancia. El poco monte que quedo del incendio de agosto del 2004 estaba justo en lo alto del cerro, por lo que el resto era monte a media altura con algunas clarillas. Antes de la suelta ya vimos colleras de venaos por lo alto del cerro pero que con la niebla y el viso decidimos no tirar. Al poco tiempo se arranca un venao faldeando el cerro que me saca varios tiros traseros y que Manolo consigue pinchar quedándose en una chaperretillas.

Poco después y por el mismo camino, una collera de dos venaos se descuelga del cerro, uno chico y el otro grande. Manolo se pone con el primero y yo con el de atrás, volviéndose a quedar mis tiros traseros. Tras una preciosa carrera de ambos por el cerro enfrente, mi compañero acaba pinchando ambos, el chico acabó barranco abajo siendo rematado por Toni. El más grande, con más fuerza que el otro, corrió por la loma de la izquierda acusando claramente los tiros y al que decidimos no tirar para que Toni lo rematara en su puesto como mandan las leyes de la montería. Me entran las dudas y le pongo el colimador al rifle, veo que está bien así que soy yo el que falla y estando en estos menesteres se arranca otro venao que con cinco puntas dejamos pasar. Le dejo el rifle a Juan Ángel y nos baja un cochino impresionante por el mismo sitio que iban los venaos, le tira cuatro tiros y Manolo también, marchándose con su trote cochinero hacia otras posturas. Lamentándonos por el cochino fallado, nos entra otro venado que Juan Ángel consigue pinchar y que cobran los perros justo delante de la postura de Toni, en otro de esos lances de los que gustan con los perros apretando.

Y llegó el momento, decidimos que tire María Prieto la próxima res. Se nos presenta un venadete alambreando y que se para mirándonos a poco más de 75 metros. ¡María tírale!, ¡que lo tienes!, ¡venga!, allá que se encara el rifle y chinpummmm, venado que acusa el tiro, secunda Juan Ángel con un tiro de riñones y remata la faena María con su primer venao. Sonrisas, saltos de alegría, abrazos, felicitaciones y alguna que otra lágrima, ya tenemos novia. María es una guapa montera con 17 años que estudia 2º de bachillerato. Sus primeros pasos los dió en nuestra sierra y lleva acompañando a su padre desde hace muchos años. Es la alegría del grupo y junto con su hermano Antonio aprenden esta bendita afición, siempre bajo la supervisión de su padre Manolo. La saga de los Prieto Campos continua y ya falta poco para que Antonio y el otro pequeñín, Alfonso, entren a formar parte del grupo de monteros. Pero María, recuerda, ese rifle está enseñado por mí y por tu padre. Y está tan bien enseñado, que no te acostumbres, que hay que seguir encarando golondrinas y hacerte tú también con él, porque ya es tan tuyo, como mío y de tu padre.

Aunque nos entraron más reses, el día estaba completo de satisfacción. Los tiros eran bastante largos y complicados, siendo más afinados los terceros y cuartos tiros de las armas en las que ya se veía, como explicaba Manolo, que se vé si se dá o si no se dá. No obstante, en nuestro puesto fueron 35 tiros los que silvamos en aquél cerro Loberillos, que tras tanto tiempo en aquellas sierras es la primera vez que monteamos de verdad, mi hijo y yo, por lo que será recordado por mucho tiempo. Finalmente nos dedicamos a cobrar los cuatro venados, sacarlos a cargadero y ayudar a los demás miembros del grupo a sacar sus reses. El resultado un venado de Antonio Prieto y 4 venados y una enorme cochina de Manolo Ramos por lo que 9 venaos y un cochino daban un buenísimo resultado a nuestro grupo de 5 puestos. En total 53 reses abatidas en 72 puestos, muchas menos que el espectáculo del año pasado pero nada mal para una montería de estas características, donde la niebla mañanera hizo fallar a muchos monteros.

Problemas a la hora de recoger las reses, por la dificultad del terreno y la falta de carriles, hizo que terminásemos de noche cerrada, pero conseguimos sacar, con mil esfuerzos, el coche de Vicente, cabestrante roto incluido y todas las reses abatidas y por supuesto, celebrar el noviazgo de María, una novia sin novio.



Cerro de las Juntas
El 8 de Loberillos

El cargadero


 
¡¡FELICIDADES MARÍA!!,
que tu alegría nos acompañe en todos los años que nos queden de montear juntos.


8 comentarios:

  1. Buenísima crónica de dos grandes días. He disfrutado leyéndola y me alegro por todos; especialmente por María y su padre, mi buen amigo Manolo.
    Enhorabuena María (por el padre que tienes y por ese venado que te ha puesto a tiro).

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  2. Magnífico, de 10 Juan Eugenio. Me alegro que lo disfrutaseis. Enhorabuena por los lances vividos en tan buena compañía. Saludos

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  3. Felicidades María, ya eres montera y que sea para bien.

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  4. Primero felicitar a la nueva montera, y, segundo, si me lo permites, un par de correcciones a tu estupenda crónica Juanu.
    La primera corrección, no fueron "los" Matiaces, sino sólo uno, el pequeño y único Matiaces Teclemayer (a parte de mi), es decir, mi hermano Fran, el que estuvo en las Bedmaras, y la segunda y más importante corrección, se la haría a.... vuestros visores!! OJOCORCHOS!!!

    Salu2.

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  5. Enhorabuena Juanu por el buen puesto y Felicidades a María.

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  6. Efectivamente el Martiaces que fue a las Bedmaras tenía pelo y se llama Fran, el otro Matiaces no tiene pelo y se llama Rafa. Quise decir en la crónica que "los "pelos" de los Matiaces...." Perdón y queda aclarado el tema.

    Saludos y suerte el fin de semana.

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  7. Preciosa crónica de una montería sin precedentes...noviazgo, buen puesto, buenos compañeros de puesto, buenos amigos monteros.. ect.. todo un lujo para un día de caza entre amigos y compañeros..Juan Eugenio..me as metido dentro de la montería con este relato, y es de agradecer exponer algo así, nos informas del resultado, de lo vivido en el monte, y de sus emotivos momentos, mi mas sincera enhorabuena a Maria por su noviazgo y le deseo lo mejor en esta apasionada afición heredada de su familia. Suerte en todas tus cacerías y bien venida al grupo de nuevos monteros. Un fuerte abrazo Juan Eugenio.

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  8. Otro cochino ayer en Doña Eva, hoy vamos de matanza. ¿Alguien me ayuda para hacer los chorizos? repito "para hacer" que para comer ya estamos muchos.

    Saludos.

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