Algunos hacen hablar hasta las piedras. Sera “la caló”.
En otros blogs se propone un tema y siempre termina enredado, mezclado y adobado con un único culpable, la Administración, que por cierto somos todos.
Posiblemente sea la seña de identidad de los cazadores, siempre tenemos que culpar a alguien y como en las conversaciones en los bares, lógicamente la culpa la tiene el Gobierno, su Presidente o el Ministro de turno.
El cazador de menor no practica la mayor porque es muy cara, al de mayor la caza menor parece que es otro nivel. Los anticuquilleros son legión en contra del cuco, los galgeros no les gusta que le maten las liebres con escopeta. El cazar más significa tener mejores cotos. Los perros si son con pedigrí tienen mejores vientos que los chuchos de toda la vida. Las monterías gestionadas por Egmasa y organizadas por orgánicas, salen mal por culpa de la empresa y nunca por el organizador. Y así infinidad de temas como las vacunas, las alambradas, las licencias, los ecologístas, etc. etc. etc.
El trofeo (perdiz, conejo, venado o jabalí con o sin gorra) pasa a ser motivo de discordia, ya que significa que yo he matado más o mejor que tú, no valorando el lance. Hoy nos preguntan cuantas puntas tiene el venado, cuantos centímetros el jabalí, cuantas perdices has abatido, o dónde has matado ese monton de codornices o zorzales, mientras nos esforzamos en contar el lance ante unos oídos sordos.
Se nos ha olvidado el prólogo de Ortega y Gasset, que es la definición exacta de lo que es la caza y lo que debemos ser los cazadores, pasando a ser más materialistas, con otro tipo de valores más modernos y menos trascendentales.
Se nos pide, desde la Federación una simple firma en apoyo al manifiesto sobre la caza del reclamo. ¿Cuántos firmaremos ese apoyo?. Lo mismo si se pidiera la derogación de la norma para que se puedan doblar los puestos, ¿cuántos nos apoyarían?. Si es la modalidad de caza que me gusta, firmaré pero si no es la que practico, que lo firmen otros.
Esa es la falta de compañerismo, de unión o cooperativismo que tenemos los cazadores (y metámonos todos). Es más fácil echarle la culpa a la Administración (que la tiene) que a nosotros mismos. Últimamente he leído mucho y variado sobre el doblaje de puestos. El doblar es compartir con tu hermano, con tu hijo, con tu amigo esas vivencias, el coste, la soledad y la maravilla de un puesto de montería, además de una seguridad de que si falla uno, el otro pueda abatir la pieza. Las monterías tienen un precio que no te permiten tener muchos fallos. Pero nadie ha planteado una bajada de precio de las orgánicas y de la propiedad ante esta norma. No podemos cazar lo mismo pagando más y tampoco nos estamos uniendo ante esta barbaridad, que tiende a eliminar la esencia fundamental de un puesto de montería o ¿para qué le he comprado un rifle a mi hijo si lo tengo que dejar en el armero? ¿y si se avería el mío? Y si lo echo ¿me dejará la orgánica llevarlo o pasará el Seprona recogiendo armas?
Todo está complicado, pero la falta de unión entre personas que tienen la misma afición, es preocupante. La Federación hace lo que puede pero no lo suficiente y ahora hablamos de movilización pero ¿contra las políticas medioambientales y de caza o contra los políticos? Ese es el dilema y lo que no podemos permitir es que "otros políticos" se aprovechen de esa movilización, haciendo promesas que luego no cumplirán, esa es la inconformidad de los inconformistas, en definitiva, LA CAZA.