Monteando en Castellar

Este es el espacio para los amantes de la caza en general y de la montería en particular, donde participan la familia y amigos del grupo de los Piques, monteros viejos y jovenes capitaneados magistralmente por el Tito Paco y el Tito Vicen.
Conócenos y entra a formar parte de nuestra familia.

domingo, 31 de julio de 2011

Oferta Pública de Caza en Andalucía


 "La caza es uno de los recursos más importantes del medio natural andaluz, que por su arraigo y extensión, se ha constituido como un formidable instrumento para la conservación del medio rural de nuestra Comunidad Autónoma. Las transformaciones efectuadas en su explotación y gestión la han convertido en un aprovechamiento natural renovable con una importante repercusión económica y social, que contribuye al desarrollo de Andalucía y de su medio rural..." De esta forma define, en la página web de la Consejería de Medio Ambiente, la Oferta Pública de Caza en Andalucía y yo me pregunto ¿para cuando?
La desaparición de la empresa de Gestión Medioambiental, S.A. (Egmasa) y su absorción por esa macroempresa pública que es la Agencia del Medio Ambiente y Agua, solo han publicsdo la oferta en la finca La Torerera (Huelva) a 10,000 €, con 293 hectáreas y la subasta de carnes de caza selectiva en varios cotos de Córdoba y Jaén.
 
El año pasado la oferta pública venía dada por la resolución de 17 de mayo, publicada en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía del 10 de junio de 2010  (http://www.juntadeandalucia.es/boja/boletines/2010/113/d/updf/d2.pdf), pero este año todavía no sabemos nada de nada. Tenemos que recordar, que la Junta de Andalucía gestiona 232.340 hectáreas, de las cuales 101.332 se distribuyen entre las provincias de Almería, Cádiz, Córdoba, Jaén y Sevilla, y 131.008 corresponden a las Reservas Andaluzas de Caza en las provincias de Jaén y Málaga, siendo por tanto, una de las pocas formas que muchos cazadores tienen para poder practicar el deporte de la caza, tanto en monterías, recechos, aguardos o batidas a través de sus sorteos.
Además, la subasta de fincas públicas para monterías y ganchos, sirven de regulador de los precios del mercado para el resto de monterías que organizan las empresas del sector. Al haber mayor oferta, el cazador puede elegir mejor, siendo más fácil obtener el punto de equilibrio entre oferta y demanda. La presente temporada promete más calidad en reses y aumento de las parideras en jabalíes, según se puede observar en las webs y blogs especializados, pero lo precios se están manteniendo o subiendo ligeramente.

También debemos valorar que, la oferta pública, es para muchos cazadores la única forma de cazar en determinadas fincas o reservas. Además es una forma de generar riqueza (empleo, hoteles, restaurantes, rehalas, etc.) en las poblaciones donde se realizan las jornadas de caza.
No entramos a debatir la organización que Egmasa hacía de sus montes, puesto que ya ha desaparecido, pero nos consta que el personal ha entrado a formar parte de la nueva empresa pública, por lo que los cambios serán mínimos.

También nos comentan que el problema es que quieren hacer desaparecer a los cazadores locales y regionales de la oferta, cosa que no hemos podido comprobar, pero que es un rumor en el Condado y en la Sierra de Cazorla, Segura y las Villas.

Solo nos queda seguir a la espera e ir viendo programas de orgánicas, por si nos interesa algo.

domingo, 17 de julio de 2011

De rececho de conejos.


Madrugar siempre tiene su encanto, pero ver amanecer en el campo tiene un sabor especial. Del silencio de la noche se pasa, en un santiamén, al nuevo día lleno de vida. El poder oír las perdices en sus cantos al alba, el ir y venir de cientos de pájaros de sus dormideros a los comederos, el arrullo de las tórtolas y torcaces, te hace sentir el campo de otra manera, incluso huele de forma distinta, con el frescor mañanero.
Conejo negro
Ensimismado en este devenir de cosas, comienzan los ruidos, ruidos que te demuestran que el campo está vivo. Luces a lo lejos y algún runrún de un coche, cuyo propietario se ha dormido y llega tarde, te hace “despertar” de tus sueños, sueños que te han llevado a ver un gran cochino entrando en el regazo en el que estas puesto o aquel venado que entra ramoneando en el filo de los olivos. Olivos... joder si estas en la campiña y de conejos, a ver si estamos en lo que estamos.
Diferencias
Comienza el rececho y empiezan los tiros en la lejanía. No se como algunos tiran si todavía no se ve nada. Los conejos regresan a sus dormideros después de una larga noche de jarana, de comida y de encame. Noche de amoríos, de peleas, de descubrir nuevos terrenos, de buscar las hiervas más frescas y cuando vuelven a su casa, nosotros los esperamos. Por eso no me gusta mucho esta forma de cazar, se le da poca oportunidad a los conejos, es cazarlos a traición, pero los recuerdos de mis primeros recechos, con mis abuelos, padre y hermano, el vivir el alba en el campo, el frescor, las fragancias y los olores mañaneros que te envuelven, me hacen hacer alguno todas las temporadas.
Línea balnca en la cara
Además existe un peligro evidente cuando vas caminando al puesto, ya que otro cazador (de los que disparan si ver) puede estar en el lugar que tú has elegido. Por eso siempre llevo una pequeña linterna, e incluso suelo toser, más por advertir que por necesidad. Ha amanecido y comienza el chanteo. Esta modalidad si me gusta, es más deportiva, te enfrentas al campo tú solo, debes conocer sus encames, hacia donde corren, por donde suelen estar. Debes patear los pastos altos, los pinchos, los rompesacos. Los caillos se te pegan al pantalón y alguno suele llegar a los calcetines, pinchándote en los pies, pero sigues y sigues, antes de que comience el calor. Porque en esta caza se suda lo que caces... y como se suda, al final de la jornada terminas empapado, dejándote en la camiseta la marca del morral o del chaleco.
Izquierda normal, derecha careto blanco
Vengo observando últimamente cambios de pigmentación en la piel del conejo. Ayer cacé uno totalmente negro, hoy otra con una raya blanca en la cara, el año pasado uno con un collar blanco en el cuello y parte del cuerpo, o el que abatió Linares también negro.
Collar blanco



Según Darwin la supervivencia siempre está en manos del más apto, cambios genéticos aleatorios vienen y van dando ventajas a unos y desventajas a otros; ¿quién lo decide? La naturaleza en su infinita sabiduría siempre escoge los cambios favorables. Un grupo de conejos de campo de color blanco en una camada tienen por azares genéticos crías de color pardo y blanco. Después de dos generaciones sus hermanos blancos se ven diezmados por depredadores por ser más vistosos, pero los conejos pardos por ese azar son menos vistosos y sus depredadores no tienen tanto éxito a la hora de cazarlos. 
Espalda blanca
Esto lleva a que los conejos pardos se reproduzcan llevando ese cambio genético a la siguiente generación, mientras que sus hermanos blancos se extinguen, esa es la naturaleza quien sabiamente abre campo o cierra puertas, pero negros, no me lo explico.
Resultado de un día chateando
Todavía recuerdo un gran conejo blanco que había en los alrededores de los cortijos de Los Villares, seguramente escapado  de algún corral y le hicimos más de un rececho para ver si lo conseguíamos, más por verlo que como trofeo o guiso. Yo llegué a tirarlo, chanteando, una vez y puedo asegurar que aquel conejo pesaría más de tres kilos por su gran tamaño. Era totalmente blanco y corría como el demonio, pero la sorpresa de verlo tan grande, tan blanco y por su astucia, se me fue a criar. Varias veces más intenté dar con él sin conseguirlo. Una vez se nos cruzó en el camino, a mi padre y a mi, cuando íbamos a cazar, montados en el coche y nos sorprendió su rapidez y ligereza a pesar de su tamaño.



Chanteo
En fin seguiremos chanteando y recechando hasta que se pueda cazar con perros, que Ligero y Tula están deseando y ya lo presienten.

sábado, 2 de julio de 2011

Al Lubrican (1º premio concurso Cazayamigos.com)


Copiamos integramente el relato que ha obtenido el primer premio del II concurso de relatos de Cazayamigos.com, concedido a Jose María Ortega, más conocido por el Letrado, Tirantes, Zape, etc. a riesgo de que me denuncie por plágio, pero como es mi hermano, pues uno se encuentra orgulloso de haber compartido la misma cuna.

"Conforme está la sierra de escandalosa, no es lo mismo ponerse un sábado que un domingo. El sábado te pones para siempre y da igual las circunstancias que se presenten. El domingo es distinto. Anoche, sin ir más lejos, debí prever una retirada digna y silenciosa a una hora prudente, y no lo hice. Por culpa de Ibercaza, no pude ir el día anterior; y por culpa también de Ibercaza, después de tanto debate, teoría y tiros al aire, tenía ya tanto veneno acumulado que… recogí los bártulos y salí corriendo y en silencio, con premeditación y alevosía. En busca de la nocturnidad, que es la Gloria....Y en efecto, lo fue siendo conforme el sol se escondía.
 
Es un grave error confundir el lubricán con el atardecer, el ocaso, el crepúsculo, o como quieran llamarlo los poetas. Yo lo sabía y anoche mismo me quedó claro para siempre. El lubricán es otra cosa bien distinta. Es como mediomorirse y medioresucitar de nuevo, ni te mueres del todo, ni tampoco resucitas completamente, ya que el resto de la noche digamos que te quedas alelado.
 
El palabro procede del latín (Lupus-lupi, can-cannis). Y es por eso, simple y llanamente, la hora en que el perro se confunde con el lobo, un espacio de tiempo vacío. Y como está vacío no dura, ni te haces más viejo, ni sientes ni padeces. No sé si me explico. Y como se encuentra en las lindes del día y de la noche, parece que alguien corre a su gusto las tablillas para confundirte. Digo yo que dura dependiendo de la timidez de la luna. No estoy loco, ni es poesía, es la hora en que el perro se hace lobo, el lobo se hace perro y tú te haces... gilipollas. Si te fijas, puedes ver hasta un cochino con diez puntas que te mira y, antes de apuntarlo, ya no está... Pero no es porque se haya ido... No sé si me entiendo...
 
Yo anoche, vi una sombra trotando hacia una higuera... Para evitar discusiones gratuitas, reconozco que cuernas no tenía. Fue a pararse detrás de un chaparro y allí estuvo, quietecita, tres horas sin rechistar. Por lo visto, coincidimos ambos en decidir respirar solamente cuando berreaba un venado. Y así estuvimos los dos, mediomuertos, cada cual bajo su encina, pendientes de la misma higuera. El lubricán se fue, llegó la luna y se hizo todo un mediodía de leche. Todo menos la sombra del chaparro opuesto, que siguió negra, intensa e impenetrable.
 
Cuando vi que era ya lunes y que había que madrugar, pensé que aquello era un secuestro, que no podía levantarme sin ruidos. Y entonces, porque quería venirme pronto para trabajar hoy con la lucidez que me caracteriza, empecé a echarle las culpas al lubricán y me dije que la sombra no era sombra, y que de serlo lo sería solamente alucinógena. No es que me olvidara de cuanto me recomendaba mi abuelo sobre la forma de quitarse en los puestos de cuco -haciendo ruiditos que parezca que no son tuyos-. No pude, tuve que levantarme de golpe, de un salto, porque, si no lo hago así, allí estoy todavía sentado y abducido. Y de pie ya, me quedé otro rato, aún más embobado, maldiciendo y enrabiado, sin ver nada... y escuchando la carrera cuesta abajo de lo que parecía un toro rompiendo monte.
 
Nos asustamos los dos, pero yo llegué a Jaén sin novedad, pensando que él estaría todavía corriendo. Cuando se pare, no querrá ver una higuera ni en pintura. Esa lección me debe. Y yo a él, la de no ponerme más un domingo por la noche, a no ser que sea para siempre.
 
La noche es muy confusa. Lo decía un filósofo griego, o cubano, no sé si Plinio, o Dinio, o un hermano."