Después del fin de semana anterior de monterías, hoy tocaba ir de menor.
El cuerpo todavía no se ha adaptado al cambio de hora y te despiertas a las 6,00 h. sin saber que hacer, pero te quedas en la cama pensando en la mano que cogerás hoy. El agua fresca en la cara te espabila, pero no dejas de pensar en la estrategia del día. A las 7,30 h. tomo café y copa en la Torre y ya no hay nadie, todos se han ido. Algunos de montería, otros al coto y sigues pensando por donde iras hoy.
Sólo oír el coche el Ligero te recibe con sus ladridos clásicos, casi distintos, como regañándote y preguntándote por qué no lo sacastes el fin de semana pasado. La Jana da mil vueltas sobre si de alegría al verte. Suben al remolque en un pispas, tienen ganas de salir al campo.
He decidido ir a las antiguas tierras calmas del Obispo, hoy sembradas de olivos. En el camino me encuentro a Enrique Castro que comienza su jornada en la mano del carril. Más adelante el Yerno y el maestro Valderrama descargan sus perros, los saludos, les deseo feliz caza y sigo el camino. Poco después me encuentro el camino cortado por las lluvias, por lo que antes de llegar a la cadena, salto el camino y me dirijo hacia Mirapan. Subiendo el cerro de las matillas de Tanin me encuentro una banda de perdices, por lo que decido aparcar en lo alto del cerro y comenzar a cazar.
Son las 8,10 h. de una estupenda mañana, algo fresca pero que permite ir en manga de camisa. Comienzo por asomarme al cellajo del cerro y el ligero levanta un conejo que no puedo tirar. Poco después me echa otro , que dejo correr y le pego un tiro trasero, pero que el perro coge sin dificultad. Cuando me lo trae, levanta otro que cae dando cuatro vueltas de campana. Esto me trae a la memoria una liebre que mató mi padre, en la Buitreras, que dio siete vueltas. Recuerdos de morralero que nunca se olvidaran.
Salgo del cellajo en busca de los pájaros y veo uno volar muy largo, que no puedo tirar. Al
momento, el olivo de enfrente, se estremece con el típico prrrrrrr de la perdiz tomando vuelo. Sale por la parte de atrás del olivo, casi no la veo y cuando alcanza el tercer olivo, en el único momento que se deja ver, suena la detonación y cae redonda al suelo. Un oletusguevoslahí suena entre el silencio de la mañana y la escopeta humeante. El día promete.
Entre los olivos, cerca de las matillas de Tanín, el ligero me echa otro conejo, que corre hacia las bocas. Un tiro prácticamente si apuntar, hace que el conejo ruede por el suelo. Me lo trae con ese movimiento de rabo tan característico, feliz por el trabajo bien hecho, por los que las caricias y palmadas en el lomo, de agradecimiento por mi parte, no le falta. Acaricio también a la Jana, que algo celosa, me mira con esos ojos lastimeros de bretona, como pidiéndome disculpas por no haberlo echado ella. Son poco más de las 9,00 h. de la mañana.
Decido cruzar a las estaquillas del obispo para buscar las perdices, y poco después, justo al lado del chaparro de Magaña, se me arranca un pájaro, que a velocidad de vértigo, baja en dirección al salado. Lo dejo correr y a unos cuatro olivos, le disparo y cae de ala. Los perros no lo ven por lo que salgo corriendo para intentar cogerlo vivo. Después de una larga carrera, el Ligero lo ve y me lo trae. Sólo tiene un ala rota y aunque es un macho viejo, lo guardo ya que nunca he tenido un pájaro del Obispo.
Con el cupo completo me voy para el coche, pero como es temprano, doy unas manos en el coto del pueblo en los Villares, cobrando cuatro conejos más, por lo que 2 perdices y 7 conejos ,uno de ellos cogido a diente en un olivo por el Ligero. La Jana no está fina esta temporada, últimamente la veo muy delgada y algo fuera de forma, pero el veterinario dice que no es nada, esperemos que se recupere.
Mañana en Barranquillos, con el Grupo Miranda, será otro día.
Felicidades por el gran día de caza
ResponderEliminarEs un placer hacer una percha así en las fechas que estamos. Cada fin de semana que pasa cuesta más.
ResponderEliminarPor cierto, donde dices que los mateste, es que como no conozco mucho la zona...
Un saludo Juanu.
Pdta.: Necesito un chaleco, sabes donde puedo conseguir uno??
La verdad que es un placer cazar y compartir aficiones con el pelón de origen ario, pero se presiente algo de acritud en sus preguntas.
ResponderEliminarLo del chaleco es por el venado abatido por mi hermano y tirado antes por mi, por lo que el chaleco fue sin mangas, pero cuando quieras echamos un pulso.
Saludos a todos menos al pelón. Bueno a tí también.
Menos mal, ya me había puesto triste... Jejejeje. El placer es mutuo amigo. No debías haber explicado lo del chaleco, no ves que ya se encargará el Tirantes de contarlo con pelos y señales...
ResponderEliminarLa única afición que comparten Juanu y Rafa es la los tiros al aire.
ResponderEliminarUne mucho como el padel, apasiona como el badminton y, por ser internos, no se notan los moratones del boxeo.
Lo primero gracias por visitar mi rinconcito de Extremadura. Con su permiso me gustaria enlazar su blog al mio.
ResponderEliminarYa hace tiempo que me tiene como seguidor, pues la caza me apasiona y su blog me gusta.
Seguiremos en contacto.
Suerte y buena caza.
Bienvenido Luis a este tú coto, seguiremos en contacto.
ResponderEliminarMucho chaleco cortado pero no decis nada del cochino que se fue a los Alarcones, o del otro que tirasteis como los conejos a 5 metros, o aquellos tres venados que bajaron de la cuerda.
ResponderEliminarQuiero cazar con vosotros ¿donde vais el fin de semana que viene?
ResponderEliminarEl sábado monteamos Vivorasy Vivorillas en Sierra del Oro en Castellar (no hay puestos) y el domingo de perdices en el Salado Carderas de Torredonjimeno.Todo esto si Dios quiere y el Tirantes también, que éste se saca monterías de la manga en menos que canta un gallo.
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