Monteando en Castellar

Este es el espacio para los amantes de la caza en general y de la montería en particular, donde participan la familia y amigos del grupo de los Piques, monteros viejos y jovenes capitaneados magistralmente por el Tito Paco y el Tito Vicen.
Conócenos y entra a formar parte de nuestra familia.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Majaillas-Descuernavacas

 
Monteamos Majaillas-Descuernavacas bajo una incesante lluvia, el pasado sábado 27 de noviembre.
Esta mancha situada en pleno corazón de Sierra del Oro, es de las más querenciosas para las reses, ya que es la unión de las dos manchas, que por el fuego de agosto del 2004, se tuvieron que unir. Linda con Los Guijos y Víboras por el sur, Arrayanes por el oeste, Terrizas y Loberos por el norte y La Carnicera por el este. Rodeada por lo quemado en el norte y este, que poco a poco se está recuperando.

El fuego que comenzó en las Minillas, arrasó El Navazo, Terrizas, Arrayanes, parte de Descuernavacas, Alcazones, Cerro la Iglesia, Loberos, la Alameda, el Sobrante, el Morrón de las Mujeres, entre otras fincas, llegando a las proximidades de Montizón.

Fincas quemadas
(Plan Integral de Caza de la Junta de Andalucía, año 2004)

Más de 8.000 hectáreas quemadas según la Administración, mientras que los cazadores y vecinos la cuantifican en unas 15.000 h. de autentico bosque mediterráneo y algunas repoblaciones de pinos, que no ha beneficiado a nadie, pero si ha perjudicado a muchos propietarios, cazadores, arrieros, postores, rehaleros y amantes de nuestra sierra. Perjuicio difícil de recuperar y que sólo el paso del tiempo restaurará.

Después de una larga cena de aniversario con Coro Romero “Oro Verde” y acostarnos a las 3,10 h. el maldito despertador toca a las 6,00 h. tras otra noche sin dormir y no por la juerga de la noche anterior, sino por ese sentir que los cazadores tenemos antes de una jornada cinegética. La verdad es que ya es normal dormir unas pocas horas, para que el cuerpo se encuentre descansado..., será la edad.
Preparando los bártulos suena el teléfono. El Tirantes quiere poner el colimador al rifle, ya que en La Onza desmontó el visor, por la niebla y prefiere la seguridad de que el rifle está a tiro para la montería de esa preciosa finca de Cabezaparda, monteada por el fenomenal Grupo Miranda. Quedamos a las 7,00 h. pero como viene siendo habitual se presenta a las 7,30 h. Realizadas las comprobaciones oportunas, él se marcha para Andújar y su sierra, nosotros en cambio nos vamos para el Condado, pero media hora tarde. Con niebla, agua y algo de tráfico llegamos a la junta en El Colmenar con media hora de retraso. Saludos, abrazos y rapapolvo de Vicen por la tardanza, pero el saber que al grupo nos ha tocado los mismos puestos de la Traviesa del Carril del año pasado, nos hace retomar la alegría e ilusión. Celebramos nuestro pequeño sorteo de grupo, asignando el famoso puesto nº 7 al doblete que le ha tocado a los dos Manolos (Prieto y Monini). En este puesto el año pasado, Vicen y yo acompañados de nuestros hijos, cobramos 3 venados, 2 muflones y 2 cochinos, disfrutando de uno de los mejores días de montería de nuestras vidas. El sorteo le da el 3 a Vicen, el 4 a Juan Carlos, el 5 a Toni, tocándonos el 6, justo al lado del 7, por lo que el día prometía.
Sorteo en La Onza
Tras la salida de las armadas del Carril, Arrayanes, Descuernavacas, el Río y Loberos, casi a las 10,30 h. nos toca salir a nosotros. Agua en cantidad, caminos casi impracticables y un poco de niebla es el plan que nos encontramos antes de llegar al puesto, que se encuentra en una risca dando vista a la armada del Carril. Muchos tiros cuando entramos los coches en la traviesa, señal de que la mancha está cargada de reses. Después de pasarnos unas cuantas ciervas y ponernos el corazón a cien, sobre las 11,30 h. veo un venado totalmente enmotado, mirándonos a unos ciento cincuenta metros, lo meto en el visor y al pegar el gatillazo, la bala que no sale, ¡coño el seguro! Lo quito y le mando la primera bala del 7 mm. RM, ni se inmuta y sigue mirándonos. Le mando la segunda y con un movimiento extraño se vuelve y lo perdemos de vista en el monte. Nervios, preguntas, oídos y mucha vista puesta en la falda del cerro, pero nada de nada. Poco después oigo un bufido que me hace entender lo que yo creía, el tiro y el movimiento que hizo el venado, era de muerte. Abrazos, felicitaciones y besos de Juan Ángel.
Paso el rifle a mi hijo y sobre las 12,00 h. se descuelga un venado con una cierva por el cerro, en el viso. Le digo que espere ya que la res baja para el arroyo. Efectivamente abandona el viso y comienza la bajada por la loma. Le digo que tire, el ruido atronador en la cañada del rifle hace que la cierva se pare y detrás el venado. Nuevo disparo, pega un bote, que yo no veo por los prismáticos y comienza a correr, desesperado hacía un pinar. Del pinar sale la cierva pero el venado no, por lo que, de nuevo, más felicitaciones, ya que la forma de correr indicaba que iba dado y a unos 200 metros.

Pocos tiros más se oyeron, algunos en la traviesa y otros en la armada por el Salto del Fraile y el Río. Al día de agua y algo de niebla se le añadía la incertidumbre de tener dos venados, en el puesto y no verlos, haciendo que las horas pasen muy lentamente. Gran sacrificio el de los rehaleros y sus perros ante un día poco apetecible.
En el puesto recibimos la visita de Manolo y su hijo Antonio interesándose por lo acontecido, poco después  nos visita Vicen tranquilizandonos, diciendo que luego los rastrearíamos. A las 3,15 h. bajo a pistear y después de 20 minutos dando vueltas, bajo la lluvia, viendo ramas rotas y sin encontrar sangre por el agua caída, regresan los perros de recogida. Otro rato de rastreo y cuando estaba a punto de abandonar, veo un perro tirando de algo, me acerco y me encuentro el venado de 15 puntas bajo una madroñera. Un ¡olemisguevoslahi! suena entre la lluvia. Voces a Juan Ángel para darle novedades y marcarlo. Luego rastreo durante más de media hora el que él tiró, mucho monte roto pero la sangre ha sido borrada por la lluvia, por lo que abandono la búsqueda. En el trasteo, otro venado acompañado de ciervas, que ve Juan Angel  y no puede tirar.
Sacando el venado
Después de sacar varios coches atascados en el carril, fuimos a por el venado, que nos llevó casi una hora el subirlo al carril, con el monte empapado, cayendo el diluvio universal, y con más de 70 kilos a la rastra. Al  final, el grupo abatimos tres venados (uno Manolo, otro Antonio y el mío) de un total de más de 50 reses, con varios muflones impresionantes.
Salimos de la sierra a las 17,30 h. sin comer y rumbo a Castellar, con la compañía del agua, la anochecida, el rumrum cansino de los coches, el flash flash del limpiaparabrisas, el cansancio acumulado y la ropa empapada, pero agradecidos del regalo y del día vivido en nuestra sierra. La próxima, el 5 de diciembre en Loberos con más de seis años sin cazar después del incendio.
Nota: Hoy domingo es el primer día de la temporada que no salgo a cazar, ¿será el cansancio? ¿será la humedad de los huesos? ¿será la ropa y botas chorreando?.... ¿será el estar con la familia? No lo se, pero estamos en casa satisfechos.
Posdata: Seguimos acordándonos del tito Paco que no asistió a la montería.

sábado, 13 de noviembre de 2010

El regreso a Castellar: Monteando en Vivoras

 Y llegó la hora de volver a Sierra del Oro. Después de 20 años y no perderme una montería en esta sierra de Dios, este año me he perdido las dos primeras.
(Antonio y Alfonso)
En los Guijos se cobraron 11 venados y un cochino este año y en Arrayanes 22 reses las abatidas, por lo que hoy tocaba Vívoras. Esta mancha, aunque muy bien situada, casi siempre se da mal. Mucho monte, demasiados pinos y poca comida hacen que sea muy trabajosa sacarle las reses .
(Antonio)
Lindera con el Cerro del Toro y los Guijos por el este, con Cuitico por el sur, La Parrilla al oeste, Arrayanes y Descuernavacas por el norte. Su mejor armada es el Barranco la Mula o la Traviesa del Cerro, ya que el Río, La Parrilla o el Carril no son buenas armadas, por las alambradas o el trasiego de coches del carril.
(Luisa)
Cazar con el grupo de los Piques es cazar entre amigos, aunque nos hemos acordado mucho del Tito Paco, que siempre se hace notar, hemos estado el Tito Vicen, el Tito Toni, el Tito Manolo, el Tito Juan Carlos, Manolo “Monini” y nuestros hijos, mujeres y por primera vez nuestra nuera “baladre”, porque aquí todos somos familias. En la junta, saludos a diestro y siniestro a Checho, Satur, al Mergo ,a los Mañas, al Miguel A., a mi amigo de Guadalinfo y su padre y a nuestros queridos abuelos Costa y Andres Berzosa.

Al grupo nos ha tocado del 2 al 6 del Río y sólo ha tirado Toni en el 5 y Manolo en el 6, que ha abatido un venao de 9 puntas. Los demás hemos pasado la mañana viendo ciervas y esperando el ansiado venao o cochino, que desde el cerro, tuviese la locura de bajar hasta el río. A nosotros nos ha tocado el 2, teniendo como vecinos del uno al Ciri, Joaquín y Pedro y en el tres a Vicen.
Hemos tenido que rebajarnos a los limpios próximos al río, dándole las espaldas a esa preciosa finca que es el Cerro del Toro, pero observándola, admirándola y enamorándonos de su impresionantes vistas, estando más pendiente a sus laderas que a las de Víboras y sus pinos. El monte allí es de madroñeras, lentiscos, chaparros y jarales prietos. Sus guardas han estado toda la mañana en el carril a nuestro lado. Desde el 86 que conocí esta finca, siempre me ha atraído. Sus buenos venados, sus impresionantes cercones de jabalíes en su granja cinegética, los primeros muflones negros y sobretodo la introducción de los arruí en nuestra sierra. La repoblación fue muy poco afortunada, pero hizo que más de un foráneo abatiese  algunos machos cabrios de los rebaños de los pastores, creyendo matar el famoso bóvido sahariano, hoy pieza muy valorada en la región de Murcia, pero de poco éxito en la nuestra. Esta finca ya no es lo que era y en sus extensos comederos de las mesetas de sus cerros, hoy hay cientos de olivos alineados en pleno corazón de nuestra sierra. Sus alambradas están casi caídas y el número de reses ha disminuido considerablemente.
Mañana vamos de menor con un grupo muy variopinto de invitados. El Pelón Alemán de La Carolina Rafa Matiaces, de Carboneros no viene, ni más ni menos que Santi Villar, también nos acompañara, directamente desde Villargordo el Cetrero Incierto: Ramiro el tuerto. De Villardompardo el malo de su farmacéutico Juan Malo de Molina y de Torredonjimeno el “verea” de Eduardo Barea y el aprendiz de cetrero Francis Castro más conocido por el Yerno recién casado, que intentarán, todos juntos sin lograrlo, cortarle el chaleco a los hermanos Ortega. Vaya junta......, pero seguro que pasaremos un día inolvidable entre amigos, unidos por la caza y que cada vez se hace más necesaria su presencia. La comida en la Venta Valeriano. Esto es la caza.

Nota: Por olvido de la cámara, las fotos son del año pasado.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Cazando por el Obispo


 Después del fin de semana anterior de monterías, hoy tocaba ir de menor.
El cuerpo todavía no se ha adaptado al cambio de hora y te despiertas a las 6,00 h. sin saber que hacer, pero te quedas en la cama pensando en la mano que cogerás hoy. El agua fresca en la cara te espabila, pero no dejas de pensar en la estrategia del día. A las 7,30 h. tomo café y copa en la Torre y ya no hay nadie, todos se han ido. Algunos de montería, otros al coto y sigues pensando por donde iras hoy.
Sólo oír el coche el Ligero te recibe con sus ladridos clásicos, casi distintos, como regañándote y preguntándote por qué no lo sacastes el fin de semana pasado. La Jana da mil vueltas sobre si de alegría al verte. Suben al remolque en un pispas, tienen ganas de salir al campo.

He decidido ir a las antiguas tierras calmas del Obispo, hoy sembradas de olivos. En el camino me encuentro a Enrique Castro que comienza su jornada en la mano del carril. Más adelante el Yerno y el maestro Valderrama descargan sus perros, los saludos, les deseo feliz caza y sigo el camino. Poco después me encuentro el camino cortado por las lluvias, por lo que antes de llegar a la cadena, salto el camino y me dirijo hacia Mirapan. Subiendo el cerro de las matillas de Tanin me encuentro una banda de perdices, por lo que decido aparcar en lo alto del cerro y comenzar a cazar.
Son las 8,10 h. de una estupenda mañana, algo fresca pero que permite ir en manga de camisa. Comienzo por asomarme al cellajo del cerro y el ligero levanta un conejo que no puedo tirar. Poco después me echa otro , que dejo correr y le pego un tiro trasero, pero que el perro coge sin dificultad. Cuando me lo trae, levanta otro que cae dando cuatro vueltas de campana. Esto me trae a la memoria una liebre que mató mi padre, en la Buitreras, que dio siete vueltas. Recuerdos de morralero que nunca se olvidaran.

Salgo del cellajo en busca de los pájaros y veo uno volar muy largo, que no puedo tirar. Al
momento, el olivo de enfrente, se estremece con el típico prrrrrrr de la perdiz tomando vuelo. Sale por la parte de atrás del olivo, casi no la veo y cuando alcanza el tercer olivo, en el único momento que se deja ver, suena la detonación y cae redonda al suelo. Un oletusguevoslahí suena entre el silencio de la mañana y la escopeta humeante. El día promete.

Entre los olivos, cerca de las matillas de Tanín, el ligero me echa otro conejo, que corre hacia las bocas. Un tiro prácticamente si apuntar, hace que el conejo ruede por el suelo. Me lo trae con ese movimiento de rabo tan característico, feliz por el trabajo bien hecho, por los que las caricias y palmadas en el lomo, de agradecimiento por mi parte, no le falta. Acaricio también a la Jana, que algo celosa, me mira con esos ojos lastimeros de bretona, como pidiéndome disculpas por no haberlo echado ella. Son poco más de las 9,00 h. de la mañana.
Decido cruzar a las estaquillas del obispo para buscar las perdices, y poco después, justo al lado del chaparro de Magaña, se me arranca un pájaro, que a velocidad de vértigo, baja en dirección al salado. Lo dejo correr y a unos cuatro olivos, le disparo y cae de ala. Los perros no lo ven por lo que salgo corriendo para intentar cogerlo vivo. Después de una larga carrera, el Ligero lo ve y me lo trae. Sólo tiene un ala rota y aunque es un macho viejo, lo guardo ya que nunca he tenido un pájaro del Obispo.

Con el cupo completo me voy para el coche, pero como es temprano, doy unas manos en el coto del pueblo en los Villares, cobrando cuatro conejos más, por lo que 2 perdices y 7 conejos ,uno de ellos cogido a diente en un olivo por el Ligero. La Jana no está fina esta temporada, últimamente la veo muy delgada y algo fuera de forma, pero el veterinario dice que no es nada, esperemos que se recupere.

Mañana en Barranquillos, con el Grupo Miranda, será otro día.